jueves, 28 de julio de 2011

Rol,parte XXXIX (Por Shay)

2 Días después .
Julia estaba en la cama, intentando conciliar el sueño. Eran las 3 de la madrugada, y no dejaba de pensar en lo que haria cuando tuviera que madrugar y verse de nuevo con el capitán. Desde que reapareció misteriosamente Gamboa, ella se había distanciado de todos. Incluyendo Ricardo, y su hija pequeña, a la que le habia cojido mucho cariño. Derramó una lágrima. Dio media vuelta en la cama. El recuerdo de aquella noche de tormenta no la dejaba tranquila. Sentía un remordimiento de conciencia. Y eso que la más engañada en ese proyecto era ella.
FLASHBACK de Julia
OCHO MESES ANTES.
Salió de aquella sala un poco asustada por todo lo que había escuchado del proyecto del acelerador de particulas y demás cosas. Ella Confiaba en Philippe, pero los demás no le transmitian mucha confianza. Se disponía a volver a su casa. Pero ya nada era como antes.
Había una tormenta muy fuerte, los relámpagos iluminaban toda la ciudad y los truenos se escuchaban por todos los rincones. Caminó por la mojada acera, sin paraguas, empapándose.
A lo lejos una voz reparó en la doctora.
-¡Doctora Wilson!-nunca antes había escuchado aquella voz.
Julia se dio la vuelta y pudo ver el rostro de una mujer. A simple vista, no observó nada más. Supuso que allí, de noche, y en ese momento, ella sería la "Doctora Wilson" a la que se refiria aquella mujer. Asique retrocedió y se acercó a la misteriosa. Ésta rápidamente se dio la vuelta cubriendose el rostro. Julia solo percibía que era de estatura media y llevaba la melena mas clara que oscura y un poco rizada, tal vez por aquella tormenta escandalosa.
-Perdone-se atrevió a decir la doctora-¿Con "Doctora Wilson" se referia a mi, verdad?
-¿Quién, si no?
-¿Pero quien es usted? ¿Porque no se deja ver la cara?-la rodeó intentando verla el rostro que ocultaba bajo las sombras de aquella noche oscura y tormentosa.
-No le voy a decir quien soy, señorita Wilson.-su voz sonaba muy segura.
-Entonces no quiero perder el tiempo. Tengo un poco de frío y me gustaría llegar a casa lo antes posible.-Julia se dio la vuelta para andar.
Dio dos pasos cuando paró de nuevo.
-¿Ya sabes de qué va todo el proyecto, verdad?
A Julia se le paró el corazón.
-No sé de que me está hablando-no quiso decir nada.
-Soy una de las principales creadoras de este proyecto. No tienes que preocuparte.
-¿Y cómo sé que dice la verdad?-quiso saber la doctora.
-Simplemente quiero darte una nueva "misión". Si puedes considerarlo así.
-¿"misión"? ¿De que va usted?
-Hay un problema que nos rodea. Si queremos que todo salga bien en esos meses de navegantes en el barco Estrella Polar, necesito que te ocupes de algo.. más bien, de alguien.
-Dígamelo de una vez.
-Se trata de mi propio marido. Se llama Ricardo. Es el capitán. Y lo único que tienes que hacer con él, es quitarnoslo del medio. Que no se entrometa.
-¡No soy una asesina!-lo primero que pensó es que la mandaron matarle.
-No quiero que le mates. Ni mucho menos. Tiene que estar vivo...y comiendo de tu mano.
-¿Qué?...
-¡Si, hija,si! Lo tienes que enamorar, seducir, engatusar. Como quieras llamarlo. Pero que solo se fíe de ti.
Julia no entendia nada que tenia que ver el capitán del Estrella Polar con el acelerador de partículas, etc.
-Y...si es su marido, ¿Porqué no se encarga usted de "enamorarlo"?-la doctora estaba cada vez más perdida.
-Porque él pensará que estoy muerta. Ese es el plan.
-No entiendo mucho...
-Con que entiendas lo que te acabo de explicar me basta.-la desconocida echó a andar.
-¡Oiga! Solo una cosa más: Dígame su nombre. ¿Cómo se llama? ¡Oiga!
La mujer del capitán del Estrella Polar desapareció entre las penumbras de aquella noche.
Julia corrió hacia su casa, sin entender mucho de que iba aquella mujer que salio y se fue de la nada.
FIN DE FLASHBACK
-Marisa...-murmuraba ella sola-Aquella mujer se llama Marisa. Es la esposa de Ricardo. La que supuestamente está hecha cenizas...-iba ordenando poco a poco las piezas de aquel rompecabezas.
Lo único que tenía claro era que no queria seguir engañando al capitán. Que lo que había vivido con él fue de corazón, y no por aquella simple "misión".

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