miércoles, 31 de octubre de 2012

#QueremosqueEnBravoHablenDeJuliaWilsonYElCapitán

Hola ricarjulistas, recién hoy compré la revista Bravo y me sentí indignada; no sólo porque en portada saliesen, coom no, Ainhoa y Ulises..sino porque de dos páginas dedicadas a la 3ª temporada de la serie..todo era de ellos dos a excepción de un par de párrafos por ahí, y 3 líneas en donde si mencionaban a J.Wilson.


Pienso que es injusto, que los ricarjulistas también tenemos derecho asi que he creado esta página de facebook. No dudeis en dar a"me gusta" y a comentar lo que queráis, y pasarselo a vuestros amigos!!

https://www.facebook.com/QueremosQueEnBravoHablenDeJuliaWilson?notif_t=fbpage_fan_invite




Y también para apoyar la moción, poner tweets a @Bravoxti manifestando vuestro deseo de que estos personajes, y demás de la serie salgan en la revista! :)

sábado, 27 de octubre de 2012

Irene Montalà, mejor actriz de series nacional. El Barco, mejor serie nacional

El pasado martes, 23 de octubre, se celebró la gala de los Neox Fan Awards en Madrid, una gala, que consitía en repartir los premios a los ganadores y ganadoras de las distintas categorías del concurso.

Nuestra actriz, Irene Montalà, estaba nominada a ''Mejor actriz de series'' , y con los votos de toda España, consiguió hacerse con el premio.

Aquí os dejamos las fotos y los vídeos de la gala, a la que acudió casi todo el equipo de la serie ''El Barco''( incluído nuestro Juanjo Artero), la cuál consiguió el premio a la mejor serie nacional.


Photocall antes de entrar a la gala. Irene, Juanjo y el equipo de El Barco





Irene Montalà, recogiendo su premio.













El Barco, mejor serie nacional.













domingo, 29 de abril de 2012

Gifs Ricardo-Julia

Algunos gifs de muchas de las escenas memorables de Ricardo y Julia 1ª y 2ª Temporada.


                     


                         


                     

                     

                     

                     

                     

                     

                     

                     



                     

                     






lunes, 16 de abril de 2012

Rol Parte CIII (Por Ele)

Ajeno a todo esto, los tripulantes del Estrella Polar estaban desayunando. Eran ya las ocho de la mañana…la hora para que todos estuvieran despiertos, todos excepto Julia, Ricardo, Ulises, Julián y Gamboa. Habían pasado toda la noche, intentando hacer que Roberto (alias Burbuja) hablase pero no había manera; unas veces se hacía el despistado, y otras mentía (según la doctora Wilson y por consiguiente, Julián)
-Te lo repito por última vez, Roberto.-insistió el capitán por enésima vez.-Dinos por qué nos has traicionado, tantos años trabajando para nosotros ¿Para qué luego nos traiciones? ¿Qué te han dado ellos?-añadió, casi ya perdiendo los estribos.
-¿Y si no le contesto, Ricardo? ¿Qué me hará, me matará?-Roberto preguntó burlándose de él, sabiendo que el capitán jamás acabaría con su vida.
-No, él no pero yo sí.-Ulises se había ido por un momento pero volvió con un desfilabrador.-Estoy muy loco, no juegues con nosotros o acabarás muerto antes de que lleguemos a tierra.-lo amenazó, cogiéndole de la camisa.
-Uhh, tan poco hace falta ponerse así eh.-bromeó Roberto.-Está bien, no sé qué ha pasado para que se pongan así pero yo no soy el traidor que yo sepa. Yo jamás os traicionaría…vale, trabajé tiempo muy atrás con los del Proyecto de Alejandría pero cuando decidí que ésa no era vida, me fui. Estuvieron a punto de matarme, fingí que no me acordaba de nada...-al ver que se complicaba la cosa, decidió hablar pero fue interrumpido por Ricardo.
-Hasta el día de hoy te consideraba como un amigo, ¿por qué lo hiciste?
-Ricardo, yo no he escrito esa carta. Van a por Julia, ¿no te das cuenta? Quieren tenerla en el submarino, y claro como sospechan que no va a ser fácil, quieren matarla.-les sugirió Roberto.
-¡¡Y QUE SE ATREVAN!!-gritó Ricardo en un arrebato, defendiendo su amor.-Ni la matarán ni la volverán a secuestrar porque ahí respondo, entonces…sino eres tú, ¿quién es?-se estaba volviendo loco, estaban como al principio.
-Ni idea pero yo no me fiaría de Gamboa, esconde algo.-Julián y Ulises le ayudaron a levantarse del suelo.-Enamorado de alguien como Julia no puede traer nada bueno, sino lo ha hecho ahora puede que muy pronto recibamos algo no muy agradable por parte de él.-dicho esto se fue a su camarote.

****
Tres horas después…
Julia estaba en la ducha, cuando llamaron a la puerta de su camarote. Cogió su albornoz rosa y abrió la puerta de su camarote. Su sorpresa fue mayor cuando vio a su novio:
-Ricardo, ¿pasa algo?
-No…bueno sí, pero lo principal es encontrarte en buen estado, que estás bien.-el capitán estaba preocupado, la doctora le hizo pasar.
-No me mientas Ricardo, a ti te pasa algo.Mirate la cara que traes, no has dormido ni tres horas. Desde que me secuestraron no has hecho otra cosa que preocuparte por mí.-estaba preocupada por él, le quería tanto que no quería perderle y haría todo lo que fuese posible para que estuviese bien.
-Ya lo sé, princesa pero hay una cosa que podrías hacer por mí: múdate a mi camarote.-se lo pidió.
-¿Qué?¿He oído bien?-ésa fue su primera reacción, haber soñado despierta pero enseguida se dio cuenta que no había perdido la cordura.-Pero Ricardo, llevamos muy poco tiempo juntos ni que se fuese a acabar el mundo…bueno, rectifico…pero lo que quiero decir es que…no sé, no nos conocemos tan bien, ¿no?-añadió, poniéndose nerviosa.
-Vamos a ver, Julia ¿tú quieres que esté bien, no? Pues ésa es la única manera que hay para que los dos estemos bien. Pensé muy bien lo que Roberto nos dijo, y no veo tan descabellada la idea ehh.Pueden hacerte daño, y entonces no estaré ahí para protegerte.-según lo que decía su novio, no lo veía con malos ojos.En parte tenía razón

domingo, 15 de abril de 2012

Rol Parte CII (Por Silvia)

En cubierta una mujer miraba al horizonte mientras por sus mejillas las frías lágrimas le recorrían el rostro, todo había sido en vano, de que servía estar en el Estrella Polar, rodeada de los suyos si….su mano derecha permanecía cerrada en un puño conteniendo la ira, con la izquierda arrugaba un trozo de papel a la vez que dejaba a este deslizarse hasta caer al mar.

-¿Qué haces aquí tan sola y tan temprano princesa? – abrazándola por la espalda

Sus manos ásperas la sacaron de sus pensamientos y permitieron mirarle con los ojos llorosos pero pronunciando una triste sonrisa.

-He recibido una nota Ricardo. Lo han matado, y el papel lo deja muy claro, si no colaboró nos matarán uno a uno.
-¿Quién te ha dado esa nota? – alterándose.
-Estaba en mi habitación cuando entré, está claro que alguien colabora con ellos.
-Y los dos sabemos quien es.
-No, él no es, estoy segura, daría la vida por mí.
-Si tan segura estás de que Gamboa no es amor… en este barco solo hay otra persona que sabe tanto del proyecto.
-¿Crees que Burbuja..? Sería demasiado obvio.
-No si creen que vas a ir a por Gamboa, es el plan perfecto. Tú me lo cuentas, y yo acuso equívocamente a Gamboa.
-Pues esta vez iremos por delante. Burbuja va a contárnoslo todo, nos ha traicionado. La muerte de Víctor no será en vano.

Velozmente, sin tiempo que perder, Ricardo buscó a Ulises y De la Cuadra y les contó todo, debían actuar ya, y tenían un plan.


Horas después…..

-Hombre Burbuja, ¿estás dando de comer a los peces? – sacando un habano de la chaqueta y encendiéndolo.
-Salomé dice que quiere sardinas y arenques para desayunar, pero hoy están triste y no vienen.
-Ya… Roberto estamos solos, no tienes porque hacer de tonto conmigo – acercándosele hasta echarle el humo en la cara.
-Si, tienes razón – dejado su pose de idiota y poniéndose serio - ¿pasó algo Julián?
-Julia ha recibido una carta, Víctor ha muerto.
-Vaya, pero era de esperar.
-El problema es que esa carta es de alguien de dentro, tenemos un traidor.
-Entonces no lo pensemos más, ha sido Gamboa seguro.
-No hijo, está vez el Gambas es inocente, digamos que ha sido mas bien un pulpo…
-No imagino quien.
-Pues yo creo que si ¡hijo de puta!


De repente Ulises apareció por detrás y golpeó a Burbuja hasta dejarle inconsciente.

-Papá, ¡dile a Salomé que he cazado un pulpo!

-Anda déjate de bobadas y ayúdame a llevarle a las bodegas, Julia y Ricardo nos están esperando. Es mejor que la tripulación no se entere, no vamos a alarmarles por nada.


En las bodegas….

-Si que tardan en traerle…
-Es un hombre de edad media, supongo que cueste trasportarle por todo el barco, sin hacer ruido para evitar ser vistos, entre solo dos hombres, contando que uno tiene 20 años y el otro ya 50…
-Que haría yo sin mi doctora - besándola cuando..
-Menos besos y más manos, que el jodido pesa – De la cuadra sin soltar el puro de la boca.
-Y más si uno de los transportistas está fumando en horas de trabajo.
-Ricardo déjate de chorradas y ayuda a mi hijo ¡que a mi me duelen los riñones!
-¿Ha dicho algo o se ha hecho el despistado? – pregunta la doctora.
-Nada, decía que seguramente había sido Gamboa.
-¿Qué hace que no está aquí?
-No se me ha ocurrido despertarle, ya se lo diremos luego.


En el camarote de Gamboa…

-Te lo diré otra vez, o te cambias de bando o acabarás como el pobre Víctor – propinándole otro puñetazo en el estómago - ¿queda claro?
-Yo estoy con vosotros, ¡ya lo sabes!
-No Ernesto, a mi me parece que te tomaste demasiado en serio el trabajo de facilitador pero no has sido capaz de controlar a Wilson, que era tu principal tarea – dándole una patada en sus partes nobles - La necesitamos, y si no quieres ver rodar tu cabeza ¡ya estás trayéndonosla!
-Pero el capitán y toda la tripulación…
-¿Qué son 40 muertos más para la humanidad Ernesto?, ¡NADA! – riéndose maléficamente y saliendo del camarote.

viernes, 13 de abril de 2012

Rol Parte CI (Por Lidia 2)

Julia aun no podía creer que estuviera de vuelta, sin duda las ultimas horas habían sido un calvario para ella, y a pesar de las torturas, las amenazas y los intentos de asesinato, de los que había sido víctima, todo aquello había dejado de cobrar importancia, estaba en casa, en el lugar al que por fin podía llamar hogar, y lo mas importante, había recuperado a su familia, y por encima de todas las cosas, había recuperado a su verdadero amor, Ricardo Montero.

La tripulación salio a cubierta tan pronto como divisaron la lancha, sin duda, el regreso de Julia era un gran motivo para celebrar en el Estrella, y es que todos la habían echado mucho en falta, sin duda, Julia, era la única persona del Estrella que con una sonrisa podía encandilar a todo el mundo antes de desayunar, y aunque el comienzo hubiera sido difícil para todos, realmente se habían convertido en una familia. No es de extrañar, por tanto, que los tripulantes de aquella pequeña embarcación se vieran vitoreados en cuanto tocaron la cubierta del velero.

Sin embargo, Julia se encontraba muy lejos de allí, en ese instante, su mente no podía dejar de pensar en Víctor, contra todo pronostico se había arriesgado por ella, le había salvado la vida y ella lo había dejado allí tirado, de no ser porque Ricardo le había prometido que lo rescatarían, ya hubiera dado ella misma la vuelta, pero si de algo estaba segura, era de que Ricardo Montero no prometía sin estar seguro de que podría cumplirlo. Lo que ninguno se esperaba, es que quizás tuvieran menos tiempo del esperado, y es que a unas cuantas millas de allí, Víctor, recibía el precio de ayudar a escapar al inocente, y que él, hubiera demostrado tener sentimientos, no significaba que Tom o el resto de integrantes de la corporación fueran a ser igual de compasivos.

-¡Víctor!-Gritaba un histérico Tom que entraba en la habitación con el pelo aún mojado por la incesante búsqueda de Julia que había llevado a cabo.-No hemos encontrado a Julia.-

Víctor en ese preciso instante trago saliva aliviado al comprender que Julia había logrado escapar y que al fin tendría la oportunidad de ser feliz.

-Te vas a arrepentir de esto.-Le aseguró al tiempo que algunas de las personas mas retorcidas que había a bordo de la embarcación entraban en la estancia, y no con intención de darle los buenos días.-

Julia seguía tumbada en la misma posición que hacia horas, no podía dejar de pensar en lo que Víctor había hecho por ella, a su lado, Ricardo no paraba de reflexionar sobre como ayudar al hombre que le había devuelto la fe en Dios, mientras reflexionaba, sus brazos protectores se posaban en los hombros de Julia, a los que ofrecían un abrazo silencioso, pero que mostraban todos los sentimientos que en su corazón albergaba por ella.

-Julia, no se me ocurre nada.-Dijo un abatido capitán.-

-Ricardo, tenemos que pensar en algo.-Le contesto una susurrante doctora.-

-Te prometo que lo salvaremos y lo traeremos de vuelta al Estrella.-Volvió a confirmar el capitán.-Si te lo he prometido es porque se que es importante para ti, y yo te amo con todo mi ser Julia, y seria capaz de bajarte las estrellas del cielo si eso te hiciera feliz.-

-Yo también te amo Ricardo, con todo mi corazón.-Y se inclino dulcemente para besarlo, volver a notar el contacto con sus labios le producían un millar de sentimientos reencontrados que durante el tiempo que habían permanecido separados había temido perder para siempre.-Gracias por ser mi héroe.-

-Nunca dejaría sufrir a mi princesa.-

-¿Que haremos ahora?-Dijo una voz con un fuerte acento a su interlocutor

-No os preocupéis, es hora de que entre en acción, nadie sospecha de mi, además desde el barco será mas fácil controlar todos sus movimientos, os aseguro que Julia se entregará sola, en el fondo su mayor debilidad es el amor, y siempre lo ha sido, es demasiado sentimental, nunca fue capaz de dejar a un lado los sentimientos y eso siempre fue un problema para nosotros, os aseguro que en cuanto vea el sufrimiento de aquellos a los que ama se entregará, y entonces colaborará, el Proyecto Alejandría seguirá adelante por encima de quien sea.-Y tras colgar el teléfono se permitió a si mismo un pequeño momento de regodeo pensando en la brillante idea que acaba de tener, complicada de ejecutar, sin duda, pero ofrecería grandes resultados, y por encima de todo, haría sufrir a la señorita Wilson como nunca antes lo había hecho. Y si algo tenía claro a estas alturas es que su dolor, era su felicidad.-

sábado, 7 de abril de 2012

Rol, Parte C (Por Noemi)

La sonora alarma continuaba emitiendo sonido. Víctor se encargó de traladar a Philippe hasta dentro de la nave y llevarlo a unos de los cuartos, donde guardaban material confidencial.
Víctor suspiró, después de dejar el cuerpo desmayado de Philippe. Lo que más le hubiera apetecido en el mundo era irse con Julia y los demás, porque sabía que eran una familía, una familía de verdad, que cuando uno tenía un problema, el problema se hacía de todos e intentaban solucionarlo.
En todos los años que llevaba Víctor con el proyecto, no había notado ni el más mínimo cariño por parte de sus jefes. El único aprecio que tenía era el de Julia y Philippe, porque cuando todavía eran pareja, quedaban de vez en cuando para tomar unas copas.

Víctor salió apresuradamente para apagar la alarma, aunque ya era demasiado tarde, cuando llegó al botón, se dio de frente contra Tom.

-¿Qué haces Víctor? -protestó Tom cortándole el paso
-Iba a apagar la alarma, he revisado y no hay ningún peligro...debe ser un fallo técnico.

Sin decir más, Tom le propinó un enorme puñetazo en el abdomen, que lo dejó en el suelo y seguidamente, decenas de patadas sobre la misma zona.

-¿Qué te crees que me chupo el dedo? ¡JULIA NO ESTÁ!
-¿Y yo que culpa tengo?

Tom sonrió maliciosamente

-Vamos Víctor, sabes perfectamente que el jefe te había ordenado matarla, ¿y tú que hiciste? , aprovechas que eran las 5:00 y liberarla cuando el submarino saliera a la superficie. -mientras decía esto, Tom reflexionó.
Un momento, si acaba de salir, Julia no puede nadar tan rápido, ¡aún ha posibilidades!, avisaré a Philippe y tú, te quedas con el jefe.

Víctor sujetó la pierna de Tom.

-Tú no te vas a ningún sitio

Tom se volvió bruscamente y le propinó otra patada, pero esta vez, en la boca, lo que provocó una fuerte hemorragia en la nariz y como consiguiente, el desmayo de Víctor.
Víctor sabía que había llegado su hora. Cuando despertara, estaría todo perdido, pero al menos, tendría el recuerdo de haber salvado más que a una persona, a una gran familia.






Julia permanecia abrazada fuertemente al torso de Ricardo. No se había separado ni un milímetro desde que lo había visto, pues creía firmemente que jamás le volvería a ver, y lo más importante, que jamás haría todas las cosas que le faltaban por hacer juntos y en familia.

Gamboa contemplaba la escena desde el otro lado de la lancha, con cara de pocos amigos.

A pesar de que Ricardo lo habia percibido, hizo caso omiso de Gamboa y de todos los hombres que le acompañaban, le apartó delicadamente el pelo del rostro de la doctora y le besó en la frente.
-No sabes cuánto miedo he pasado Ricardo...-pronunció Julia sollozando

-shhhh-respondió Ricardo colocandole el dedo índice sobre los labios- ya ha pasado todo...cariño
Julia volvió a abrazar a Ricardo.

-¿Y Víctor? Víctor se ha jugad...perdón, se está jugando la vida por mí...tenemos que hacer algo...no lo podemos dejar ahí...volvamos por favor!

-Julia, el submarino ya se ha sumergido, pero te prometo, que está noche no dormiré, para idear un plan para traerlo al Estrella....le tengo que agradecer muchas cosas.

Julia miró emocionada a Ricardo y sin decir nada más, se acercó y besó sus dulces labios lentamente, disfrutando de cada milésima de segundo que había perdido anteriormente.
Ricardo rodeó con sus brazos la cintura de Julia, y le correspondió el beso, siguiéndolo con múltiples caricias correspondidas por una Julia, que se sentía la mujer más afortunada del mundo en esos momentos.

Las luces del Estrella Polar se veían en el horizonte de nuevo...

domingo, 18 de marzo de 2012

Rol, Parte XCIX (Por Roberto)

La cara de Julia Wilson reflejaba el terrible sufrimiento al que estaba siendo sometida, con toques eléctricos Tom, intentaba inútilmente que la doctora les diese información.
Ojerosa y con los labios secos, Julia soportaba estoicamente poniendo en su pensamiento lo que más amaba, a Ricardo Montero; su sola imagen, el solo recuerdo de su sonrisa, le das daba el valor que necesitaba para mantenerse firme en su silencio.

Víctor la observaba desde un ojo de buey, no comprendía porque Julia prefería ser torturada en vez de hablar. Había algo fascinante en esa actitud de la doctora Wilson que a Víctor le llamaba la atención. ¿En verdad Julia estaba tan enamorada del capitán del Estrella Polar, como para darles la espalda a ellos, corriendo incluso el riesgo de morir?

Lentamente y arrastrando un poco los pies, Víctor entró en la estancia e hizo una señal al hombre que se afanaba en torturar a Julia, el hombre cesó de hacerlo y salió dejando a su víctima y a su jefe a solas.

- ¿Sigues sin querer hablar? – Víctor la miró con un tristeza repentina – dame algo Julia – le pidió de pronto – dame algo que me permita salvarte la vida. – Víctor la miró fijamente, en sus ojos Julia pudo distinguir una súplica. Él no quería matarla, a Julia le quedó claro en ese momento y una pequeña esperanza se iluminó en su corazón.
- ¿Y qué te doy? – Preguntó ella humedeciéndose los labios – ¿qué tienes Víctor? ¿Tienes algo por lo que luchar? ¿Algo tuyo? – le cuestionó con celeridad. El joven entrecerró los ojos – Ya no hay mundo, ya no hay nada de lo que teníamos; solo es el hoy, no hay pasado y el futuro nunca antes fue tan incierto.
- ¿Y tú? ¿Qué tienes tú? – Le reviró con brusquedad – Yo tengo a la compañía, si hay una mínima posibilidad de sobrevivir es con ellos – afirmó mirándola con fijeza.
- Yo tengo una familia – respondió ella con sencillez – Un hombre al que amo y que me ama, unas hijas que no son mías pero como si lo fueran; amigos que darían su vida por mí, del mismo modo que yo la daría por ellos. – Víctor se quedó en silencio, sopesando lo que Julia le decía. – ¿Y tú? ¿Crees que alguno de “tus amigos”, daría la vida por ti? – El hombre la miró durante un largo rato.

Víctor había sido testigo mudo en ocasiones innumerables de lo que hacía la Compañía cuando alguien ya no le era de utilidad. En el fondo tuvo que reconocer que Julia tenía razón, ella poseía por lo menos la amistad de gente a su alrededor que luchaba por lo mismo. Eran una familia.

Lentamente se giró y se dirigió a la puerta, la miró de nuevo sin emitir palabra alguna y después salió. Julia cerró loso ojos con fuerza, la poca que le quedaba ya. Sabía que iba a morir.



-- Este plan es descabellado - dijo Julián, mirando las anotaciones que Gamboa le había dado a Ricardo - tan pronto como nos acerquemos al submarino nos detectarán con el radar.
- Eso no pasará – se defendió Gamboa – Ramiro ha preparado un sistema en unos artefactos para que no nos capte el radar durante un tiempo.
- Una hora – informó Ramiro – tenéis una hora para hacerlo.
- Saldremos a las 400 – os quiero a todos listos en cubierta – informó el capitán – Ulises, Gamboa, Palomares y yo iremos al submarino – Ricardo les miró – los demás se quedan a vigilar y a cuidarnos las espaldas.

Media hora más tarde de la hora señalada, el capitán Montero y sus acompañantes se dejaron caer en las oscuras y profundas aguas del mar, buscando desesperadamente la manera de salvar a Julia. Los demás habían tomado sus lugares en cubierta para estar al pendiente de lo que pudiera pasar.

Sabían que era arriesgado y que más de uno podía morir, pero descartaron ese pensamiento, con la férrea voluntad de salvarla, Julia era para todos, una parte muy importante de esa familia que habían construido en este nuevo mundo.

Víctor meditaba lo sucedido con Julia, le preocupaba la decisión que habían tomado sus superiores, conocía a Julia y sabía que no diría más. No le quedaba más que cumplir las órdenes. Esas frías órdenes que el propio Philippe le había transmitido. No entendía, cómo ni siquiera él, que había tenido una relación tan cercana a la Doctora Wilson, había ido a verla.
Julia tenía razón, la Compañía no tenía sentimientos ni se tentaba el corazón para eliminar a quién ya no le servía.

Bajó las escaleras para dirigirse a su fatídica cita. Abrió la puerta y miró a Julia. Ella se encontraba atada por las manos a un gancho en la pared, con las piernas atadas sobre el suelo. Ella lo miró mientras él se acercaba. Víctor sacó entonces un cuchillo y se paró frente a ella.

- Así que ha llegado la hora ¿no? – inquirió Julia. Víctor no le respondió, se puso en cuclillas y con el filo de la pieza cortante que llevaba en la mano, rasgo las cuerdas que aprisionaban las piernas de Julia.
- Guarda silencio – le dijo entonces, Víctor la descolgó del gancho y cortó también las ligaduras de sus manos. Después miró a Julia detenidamente mientras apretaba la mandíbula – Voy a sacarte de aquí – añadió. – seguramente acabaré mal por lo que voy a hacer, pero te mereces seguir tu sueño.

Julia puso su mirada en los ojos de él, había un dejo amistoso en ellos y la doctora sonrió. Por un momento respiró tranquila, aunque sabía que no era fácil salir de allí. Víctor la guió por largos e interminables pasillos hasta una escotilla. Faltaban apenas unos minutos para las 500.

-En un momento el submarino ascenderá, y tú podrás salir y marcharte, colócate el traje – le dijo señalando la ropa de submarinista. Julia se lo puso.
- ¿Cómo has hecho para que el submarino suba? – preguntó Julia.
- Todos los días el submarino va a la superficie a unas horas determinadas, así que aprovecharemos eso para que te vayas.

Julia ser acercó e él, y en un impulso lo abrazó, Víctor sorprendido9, la abrazó también. En ese momento el submarino comenzó su ascenso. Víctor comenzó abrir la puerta escotilla. Justo en ese instante cuando el submarino había emergido a la superficie, Ricardo Montero y los hombres que iban con él, llegaron hasta una pequeña entrada que Gamboa les había señalado, intentaron abrirla sin éxito.

Un hombre salió del interior del submarino por otra puerta que se cerró tras él, encendió un cigarrillo mientras clavaba su mirada en el horizonte. De pronto un seco golpe llenó de oscuridad su conciencia. Gamboa le había propinado un contundente golpe en la cabeza dejándolo inconsciente.

- Tenemos que entrar o el tiempo se acaba – les dijo los demás.

La pequeña puerta por la que habían intentado acceder antes se abrió de pronto, poniéndolos en alerta. Justo cuando Ricardo iba a golpear a la persona que salía a través de ella, un grito se escuchó y dejó paralizada el puño del capitán.

- ¡Ricardo no! – la doctora se abrazó al capitán para evitar que este golpeara a Víctor.
Víctor les miró y sonrió.
- Tenías razón doctora – comentó mirándola – tu familia está aquí para rescatarte. Julia devolvió la sonrisa. – Marcharos.
- Te hemos dejado un regalito – dijo Gamboa señalando el cuerpo inerte de Philippe. Víctor lo miró y sonrió de nuevo.
- Ven con nosotros – pidió Julia – te matarán si te quedas.
- No te preocupes – le dijo con voz tranquilizadora – me las apañaré. Estaremos en contacto – añadió mirando a Ricardo. – Iros ya.

Los hombres vestidos de submarinistas, se tiraron al agua justo cuando una sonora alarma comenzó a emitir un frenético ruido de advertencia.

martes, 28 de febrero de 2012

Rol, parte XCVIII (por Miriam)

Después de haber recopilado toda la información que creía menester, Ricardo al fin se había decidido a realizar el ultimo paso de su plan de rescate, hablar con la única persona que podría proporcionarle a ciencia cierta una pista sobre el paradero de su amada, lo que el capitán desconocía, es que lejos de las suposiciones iniciales de Julián, Julia no era tratada como una reina ni mucho menos, en los barrotes invisibles de su celda de cristal, estaba recibiendo el cobro que tenía desafiar al poder.

-Aunque confiar en usted sea lo último que deseo, la vida de la mujer que ambos amamos esta en sus manos, así que le ruego, que me ayude a devolverla de nuevo al lugar al que pertenece, este barco.-A pesar de las diversas situaciones en las que se habían visto envueltos, nunca jamás había visto al capitán en este estado, y quizás a pesar de su coraza y el odio que le profería no pudo evitar comenzar a comprender el porque Julia, lo había elegido precisamente a él.-

-Capitán Montero, esto es todo lo que necesita.-Exclamó el hombre sorprendido de sus propios actos al entregarle una hoja con los datos que necesitaba, y ambos sabían, que para los dos hombres que ocupaban esa sala, significaban lo mismo, la vida.-

-Gracias Gamboa.-

Pero quizás aquel acto no fuera suficiente, y es que a pesar que el amor lo puede todo, a veces la maldad puede destruir aquello que este ha creado. Y aunque Julia sabía que en el fondo el hombre que ocupaba su corazón la salvaría, no pudo evitar que la duda surgiese en ella, amenazándola con arrancarle el corazón, ante el nuevo impulso eléctrico que recibió. Su mente se hallaba en la tortura que estaba sufriendo, su corazón con su verdadero dueño, Ricardo Montero.

lunes, 27 de febrero de 2012

Rol, parte XCVII (por Nago)

Mientras en el Estrella Polar

Tienes toda la razón Julián, lo sé –dijo Ricardo de pronto, apesadumbrado

Pero este sentimiento es más fuerte que yo, que mi férrea voluntad de capitán que debe sobreponerse a todo para mantener a salvo a su tripulación, no puedo controlarlo-continuaba diciendo en voz alta mientras miraba a Julián que en ese momento, y conociendo la responsabilidad de su amigo, comprobó la magnitud de sus sentimientos hacia Julia, y recordando lo mucho que había sufrido con la marcha de Marisa, comprendió que no podría superar la falta de Julia.

Desafortunadamente los dos amigos ignoraban lo que estaba a punto de ocurrir no muy lejos de allí.

Submarino del Proyecto Alejandría

Estás seguro que yo resulto innecesaria-dijo Julia, mirando desafiante a Víctor con todo el aplomo que pudo reunir y sin cambiar un ápice el odio y la repulsión que sus ojos desprendían.

En ese momento Víctor se sintió descolocado, no se esperaba en absoluto dicha reacción de Julia y menos cuando tenía una pistola en la sien.

Sí, por supuesto, hace mucho tiempo que resultas innecesaria, no sé cómo sigues viva todavía, supongo que gracias a tus artes enloqueciendo a los hombres adecuados en el momento preciso- le contestó Víctor, haciendo patente su autoridad y sin quitar en ningún momento la pistola de su sien.

Eso crees?- Contestó Julia

Pues permíteme que antes de cumplir con tu misión, te diga que te equivocas en ambas cosas-prosiguió Julia

La primera, si cumples con el encargo, lo descubriréis más pronto de lo que puedas imaginar y la segunda, para que entendieras lo que significa y proporciona un sentimiento tan maravilloso que cambia la vida de quien lo disfruta, y que es responsable de que alguien sea capaz de cometer los actos más atrevidos por defenderlo, sería necesario que tuvieras sentimientos y un corazón que no esté endurecido como una piedra, pero no es este caso así que mejor ignorarlo- le contestó Julia, mientras observaba el desconcierto patente en el rostro de él.

Conocía las órdenes, éstas eran claras y concisas, pero sabía también por anteriores ocasiones que Julia no decía las cosas en vano, y a pesar de que considerarle carente de sentimientos, le hizo mella, no era eso lo que más le preocupaba de sus palabras, así que decidió retirar la pistola y volver a encerrarla mientras se ponía en contacto con sus superiores.

De vuelta en el Estrella Polar 

Está bien Ricardo, cuenta conmigo para lo que necesites-dijo Julián con convencimiento y dándole un abrazo para transmitirle toda su fuerza y consuelo.

Tras ello, ambos entraron en el puente de mando, necesitaban recopilar toda la posible información que pudiesen recordar sobre las personas a quiénes se iban a enfrentar, e idear un plan que consiguiese disminuir en algo el riesgo de la suicida operación de rescate.

Mientras pensaban e ideaban todo ello, entraron en la estancia Ulises y Burbuja para poder ayudar en lo que fuera posible.

Con un cruce de miradas, el Capitán y Burbuja se entendieron.

Ulises, por favor, encárgate de mantener a salvo el Estrella y cuida bien de nuestras chicas-le dijo el Capitán mientras le guiñaba un ojo y le sonreía para infundirle unos ánimos que él hacía mucho que no tenía.

Una vez salió Ulises de allí, Ricardo habló con Julián para ponerle en antecedentes e intentar disminuir el posible shock que podía producirle el comprobar que Burbuja era en realidad Roberto.

Después de ello, Roberto les explicó todo lo que recordaba y conocía sobre ellos y les hizo darse cuenta de que al esconderse en un submarino, tendrían que conseguir de alguna forma, que salieran a la superficie, de otro modo no tendrían a penas posibilidades.

Es importante que nadie más conozca que no soy Burbuja, y menos aún Gamboa-dijo Roberto mirando fijamente a ambos mientras éstos movían la cabeza en signo de aceptación.

Al cabo de un rato ya tenían todos los cabos atados.

Conseguiremos rescatar a Julia- decían Julián y Roberto a Ricardo con seguridad y pensando en que se lo debían por lo mucho que él había hecho por ellos.

En el Submarino del Proyecto Alejandría

Espero que funcione y ganar tiempo para poder salvar mi vida sin condenar la suya, merezco pasar por todo estopor estar involucrada en toda esta catástrofe, aun habiendo sido inconscientemente-se decía Julia mientras recordaba sin parar sus mejores noches junto a Ricardo y cómo se había enamorado poco a poco de él sin darse cuenta.

Vivir sin él sería una tortura, y más si su muerte o la de su familia llega a recaer sobre mi conciencia-pensaba mientras empezaba a recordar nuevamente el tacto de su piel, el sabor de sus labios y la forma tan torpe de expresarse cuando se acercaba a él y conseguía volverlo loco, sólo pensar en no volver a sentirlo le hacía estremecer.

En otra habitación del Submarino

Has cumplido con tu misión, Víctor?-preguntaba una voz maliciosa y ronca

No Señor, aún no , verá, comenzó a desafiarme diciendo que si realmente la considerábamos innecesaria nos equivocábamos y por experiencias anteriores, ya sabemos que Julia no amenaza en vano-Intentaba exculparse Víctor, mientras seguía exponiendo sus pensamientos para no haber cumplido con su misión.

Veremos realmente si es innecesaria o no, lo comprobaremos-dijo la voz, mientras reía maliciosamente y Víctor aprovechaba para recuperar un poco la respiración.

domingo, 26 de febrero de 2012

Rol, parte XCVI (por Leti)

Llevaba horas levantado, organizando y ayudando a ponerlo todo en orden. Después de lo que había pasado, los ánimos de la tripulación no estaban muy altos y sus jefes estaban más impacientes que nunca. Él solo recibía órdenes y, como buen militar, siempre las cumplía aunque en ocasiones le hubiera gustado revelarse contra ellos. Sabía que no podría ganar. 

Después del accidente del acelerador de partículas había perdido a toda su familia y lo único que le quedaba era su trabajo y sus compañeros. Aquellos que en cualquier momento que se descuidase, le clavarían un puñal por la espalda. Él era experto en las comunicaciones del submarino y también se encargaba de “las otras misiones” que le encomendaban. 

La situación se había vuelto muy tensa estas últimas semanas, desde el secuestro de Salomé, simplemente para conseguir tener a los del Estrella Polar a su completa disposición. Más tarde fue la pequeña Valeria la secuestrada y, por mucho que a él no le hiciese gracia su padre, la niña no se merecía aquello. Después de lo ocurrido, habían conseguido el mejor rehén que podrían soñar: Julia. Ella tenía todas las claves para encontrar aquella isla. Sus jefes (y también él) tenían la certeza de que le conseguirían sonsacar esa información tan valiosa. 

Víctor siguió caminando sumido en sus pensamientos por el largo pasillo hasta que llegó a la sala de armamento.

-Aquí tienes- dijo un suboficial a la vez que le tendía una Colt del calibre 45.

Víctor la tomó y comprobó el cargador. Cuando salió de la habitación paró durante unos segundos y esbozó una media sonrisa de tristeza. En ocasiones como esta, aborrecía su trabajo y las órdenes, sobre todo eso.

Acto seguido continuó su marcha hacia la sala de interrogatorios.

Mientras tanto, en el Estrella Polar…

Hacía apenas un día desde que Julia no estaba con ellos. La tripulación parecía mucho más calmada, pero solo eran apariencias. Sabían lo mal que lo estaba pasando el capitán y no querían meter más leña al fuego.

La enfermería estaba a rebosar, la más grave era Estela que, tras el disparo en su pierna derecha, Salomé había sido la encargada de sacarle la bala y de curarla. Por ahora, estaba fuera de peligro.

-Ricardo, leches, tranquilízate ya hombre- vociferó Julián a su amigo cogiéndole del brazo derecho y obligándole a retroceder.

-Tenemos que ir a rescatarla Julián, yo no puedo…. Tengo que ir a salvarla- Ricardo tenía los ojos vidriosos por la rabia y emoción que sentía al no poder, al sentirse tan impotente tras la marcha de Julia.- ¡Dime una cosa Julián! ¿Cómo estabas tú tras el secuestro de Salomé, eh? ¿Cómo estabas?

-Ricardo- contestó su amigo con una serenidad extraña en él- tienes que tener la mente fría. Toda la tripulación depende de ti- De la Cuadra le pasó una mano por los hombros y le dio unas palmaditas en la espalda, para animarlo- Piénsalo, Ricardo. Se han llevado a Julia, sí. Pero es la persona más valiosa para ellos joder, ¡seguro que la tratan mejor que a una reina!

-No me fío de ellos, me da igual lo que digan, lo que pidan o lo que quieran de ella. Quiero a Julia de vuelta- le propinó un pequeño empujón a Julián y consiguió separase de él. Así Ricardo pudo continuar preparando la zodiac.

Julián lo miró con desdén y movió ligeramente la cabeza negando a ambos lados. Ricardo tenía que hacer algo para mantenerse ocupado y no pensar. Ellos no tenían ni la más remota idea de dónde podían tener a Julia presa. Ricardo tenía que ir aceptando que la habían perdido a no ser que se dignasen a llamar para hacer una negociación. Cosa que De la Cuadra dudaba.

De vuelta al submarino del Proyecto Alejandría

Víctor observaba a través del espejo, como Julia se negaba a responder a las preguntas que su compañero, le hacía. Julia tenía los ojos vidriosos pero, a pesar de todo, se mantenía firme y se negaba a responder.

Sus órdenes eran bien claras, acabar con ella si ésta seguía negándose a cooperar. Víctor suspiró, y miró la Colt que tenía entre las manos. Un buen soldado siempre acataba las órdenes. Después no habría vuelta atrás. 

Guardó la pistola y la sujetó en su cinturón, a su espalda. Esperó durante unos momentos a que su compañero saliese de la sala de interrogatorios y, cuando lo hizo, entro él. La expresión de Julia permanecía impasible salvo su mirada, que desprendía un profundo odio y repulsión hacia él.

-Deberías haber cooperado con nosotros… Mucho mejor te habrían ido las cosas.

-No pienso ayudaros en nada. ¡No sé donde está la isla y, aunque lo supiese, jamás os lo diría!

-Una lástima que resultes tan poco convincente. ¿Sabes lo que le pasa a la gente que no coopera, verdad? Creo que ya estuviste en una experiencia parecida antes de todo esto- Víctor entrecerró los ojos. Había leído su historial y sabía que tiempo atrás Julia se había negado a continuar en el proyecto y, por lo tanto, estuvo a punto de ser eliminada.

Se alejó poco a poco de la mesa y cruzó la distancia que lo separaba de Julia hasta situarse a su izquierda, un poco detrás de ella. Ella apenas se movió ante su cambio de posición.

-¿Qué me vas a hacer?- le extrañaba la actitud del otro, que por lo general el que la había interrogado se había limitado a hacerle preguntas no a permanecer callado.

-Lo que hacemos con todos los que nos resultan… innecesarios- Víctor se aproximó a ella, sacó la pistola, se la colocó en la sien a Julia y…

viernes, 10 de febrero de 2012

Rol, parte XCV (por Silvia)

Blanco, el techo era blanco con puntitos blancos mas pequeños en total sumaban 1254 por baldosa, por un momento el silencio sepulcral y la claridad del lugar le recordó a esa casita retirada de toda civilización en mitad de un valle en el norte de suiza qye había alquilado aquella vez... si, allí si que podía respirarse la tranquilidad, el sosiego no se oía nada ni a los pajarillos cantar porque del frío habían emigrado pero ahora..no hacía frío, ese blanco no era del techo de su habitación y no estaba de vacaciones huyendo de todo en especial del trabajo que se resumía en Phillipe...

Levemente se incorporó y se fijó detenidamente en las paredes acolchadas que la rodeaban, definitivamente era una habitación demasiado austera y excesivamente limpia y pura, si creyera en Dios pensaría que estaba en el reino de los cielos, de blanco con un vestido solo blanco se sentó sobre la modesta cama con la colcha color blanco y pensó, a fin y al cabo no era tan malo estar encerrada en esa carcel la mitad de los presos de toda la historia de la humanidad la envidiarían pero ella preferiría la mas malolienta y sanguinaria cárcel si a cambio no volvía a ver a nadie de ese dichoso Proyecto Alejandría.

24 horas antes....

Tres lanchas con cuatro hombres cada una, disparaban sin apuntar a ningún blanco, al Estrella Polar que se cubría como podía, los cristales rotos de los ojos de buey permitían la entrada de las balas que rompían contra el suelo a la vista de la mitad de la tripulación que permanecía escondida, solo unos cuantos valientes o muy cobardes respondían al ataque liderados por Gamboa. De repente salió al terreno de fuego una mujer con una bandera blanca haciendo oídos sordos a lo que el hombre de su lado le decía y soltándose la muñeca por la que la agarraba fuertemente salió a cubierta, significaba el fin de ese absurdo juego.

-¡ALTO EL FUEGO! ¡NOS RENDIMOS! Quiero negociar...

-NOOOOOOOOOOOO - se oyó desde detrás.

-Debo hacerlo, esto tiene que parar ¡YA!

-¡Teníamos un plan! Todos estabamos de acuerdo en que era arriesgado pero..

-¿Quién te crees que eres Ricardo? ¿El coronel de cuatro niñatos liderados por un teniente de pacotilla que acaba de cambiarse de bando y dudas acaso si es de fiar? ¡Esto no es un juego joder! No pienso permitir que muera nadie más, ¿sabes por qué seguimos vivos?, quitando el disparo en la pierna de Estela y el que le rozó el brazo derecho a Piti, ¿sabes por qué? ¡Por que les ha dado la puta gana! Han perdido dos hombres, cortesía de Ernesto, pero les da igual, si hubiesen querido amasacrarnos como a perros entonces ahora ya... somos los últimos habitantes del planeta, al menos decentes e inocentemente colocados por azar aqui... deja que siga siendo así, que quieren encontrar tierra antes ¡pues muy bien! no la necesitamos ¡si tenemos este barcoy estamos unidos, no la necesitamos! Pero no voy a dejar que esto siga ni un segundo más, tu hija está ha salvo, Salomé está a salvo, solo me quieren a mi y tienen sus motivos, si está es la justicia de este nuevo mundo la acepto. Ahora debo responder a ella, firme unas clausuras y me las he saltado todas porque me he enamorado, no soy una mas Ricardo, estoy con ellos, desde el principio aunque me arrepienta de ello el resto de mi vida.

-¿Entonces firmamos la paz? - se escucho detrás de una ametralladora a Victor.

-No hay anda que firmar, ya me tenéis a mi, la niña y Salomé no os sirven de nada, la tripulación del Estrella se compromete además a no interceder en vuestros planes.

-Ummm interesante... ¿pero por qué debería ahora...? Has sido mala, muy mala Julia y...

-No te preocupes, seré muy buena a partir de ahora.

-Lo sé, más te vale... está bien, acepto el intercambio no sois mas que una panda mequetrefes... Y tú - dirigiéndose a Gamboa - ¿de qué lado estás?

-De los ganadores - contestó sin dejar de apuntar con su calibre del 9.

-Eso quería escuchar, ¡bienvenido de nuevo! - dijo víctor sonriente.

-No, te equivocas, los ganadores son ellos porque aunque pierdan esta batalla seguirán unidos para haceros la guerra.