sábado, 29 de octubre de 2011

Rol, parte LXXIX (por Elena)

Al día siguiente...el capitán se había despertado. Le dolía la cabeza,no sabía el por qué ni el cómo de aquella jaqueca.Se levantó con cuidado,ya que le daban ganas de ir al baño.Vio que todo estaba muy ordenado,y eso era raro pero no le dio importancia.
-Papa,tienes que venir un momento.-entró Ainhoa,preocupada.
-¿Qué pasa?-preguntó el capitán sin entender lo que pasaba,sin moverse.
-Es Julia,¡¡quiere hablar contigo!!-le respondió Ainhoa,al capitán le dio un vuelco su corazón.
-¿Ah,sí?¿Bien o mal?Porque para que me dé otro disgusto no quiero.-parecía un niño chico.
-Vamos a ver...¿qué ha pasado esta vez??-no entendía nada,y más si hace unos días iba todo de perlas...o eso es lo que pensaba ella pero al parecer se había equivocado.
-Nada...-le mintió.
-Papá,sabes que puedes confíar en mí.-le intenté convencer.
-El otro día me dijo que nunca había sentido nada por mí,que lo que sentía por mí era amistad...cariño pero nada más.Hija,me ha estado mintiendo...y bueno yo paso de ella y de sus indirectas.-se lo conté,ya que necesitaba desahogarme.
-¿¿INDIRECTAS,qué tipo de indirectas?-me sorprendí.
-No sé,algo que le dijo a Valeria:''A veces la gente solo discute porque no quiere contarle la verdad a otras personas''
-Mira,lo que tienes hacer es hablar con ella ahora,y decirle lo que piensas.Además que me ha mandado a irte a buscar,que está súper preocupada por ti,y te lo digo en serio.A lo mejor ha pasado algo,y por eso te ha dicho eso pero no creo que te lo haya dicho de corazón.¡¡Es Julia,tú Julia!!-al oír esas palabras fue a buscarla.
En la enfermería...
-Y este hombre qué tarda...A lo mejor no quiere verme,normal después de todo lo que le dije el otro día...Ahora mismo pensará que soy una falsa pero todo lo que hago es por él y por su familia.Si hubiera alguna manera para contarle lo que está pasando...-se decía ella,dando vueltas por toda la sala.
-¿Me quería ver,doctora?-preguntó el capitán con cortesía.
-Sí,claro...Pensaba que no iba a venir,necesitaba hablar con usted...Ricardo.-asintió la doctora.
-A ver,cuentéme...-se sentó en una silla que estaba a lado de la camilla.
-Andrea,Pablo,Philippe se han ido.Anoche se fueron,ya no los vamos a volver en la vida.-le comentó,el capitán por una vez en su vida se alegró.
-¡¡Eso es genial!!-y sin querer la abrazó,estaban tan cerca.Tenía tantas ganas de besarla pero sabía que su amor era imposible...o eso es lo que él pensaba.
-Solo que hay un problema.-Julia se apartó de él.-Se han llevado la caja negra,no he podido hacer nada.-añadió con mucha tristeza.
-No pasa nada...con tal de que estés tú bien me conformo.Además que ya la recuperaremos¿vale?-sin poderlo evitar,le dio un beso en la frente.

lunes, 24 de octubre de 2011

Rol, parte LXXVIII (por Silvia)

En pleno mediodía, los chavales están ocupados en su clase de biología con Julia, en un camarote cualquiera una niña busca donde esconderse, está claro que Burbuja no puede pillarla, justo cuando escucha que Burbuja ha dejado de contar divisa un gran baúl que para su suerte está vacío.

Minutos después....

-Si, ya se que ha pasado mucho tiempo y no lo he conseguido aun peor no es fácil, se ha complicado todo... además ¿qué pintan aquí Philippe y los otros?

....................

¿Qué me van a ayudar que todo es una cuartada? ¡Por dios coronel! Philippe está aquí por Wilson y los otros dos harían lo que les dijese él sin dudarlo...

....................

Está bien, mi hijo y yo acabaremos la misión hoy y abandonaremos el Barco, pero ¿como hacerlo sin que los demás tripulantes...?

....................

Perfecto, así será.

***

Cabizbaja y con desgana Julia finaliza su clase y empieza a borrar a pizarra con desanimo deseando volver a tener clase para no pensar en su situación, los últimos desencadenantes dejan mucho que desear de su persona... ¿a quién ama a Philippe o a Ricardo? Y si solo duda entre ambos ¿por qué finge estar con Gamboa? De repente alguien tira de su vestido y la saca de sus pensamientos.

-¿Qué pasa cariño?

-Julia, Julia... ¡Andrea se va de el Barco! A puedes ser la novia de mi papá.

-Menuda pájara... esa no se va de aquí ¡ni con cal viva!

-¿Vuela y es calva? – asustada.

-No cariño, perdón, jaja, a ver ¿por qué dices eso? Ya se que es una... pero esta “encerrada” y ¿cómo va a irse de el barco?

-La he oído hablar por un teléfono y hablaba de no se que misión y del señor con acento raro ese nuevo ¡y de ti!

-¿Qué más has oído?

-No se, no al he entendido... entonces ¿ya no estáis enfadados y eres la novia de mi papá?

-No cariño, no depende esta vez de Andrea que lo sea o no...

***

En la enfermería mientras Julia cura a Phillipe el silencio hace eco del ruido del cambio de vendaje...

-Esto ya está.

-Julia yo...

-¿A qué has venido?

-¡Por ti! ¿Por qué sino?

-Se que Andrea va a irse de una vez de el Barco, no se que queréis pero cogerlo y largaros.

-A si que crees que solo estoy aquí por la misión ¿no?

-Si, si me quisieses no me hubieses echo creer que estabas muerto.

-Yo se que en tu corazón solo habita el Capitán, y lo apruebo es un buen hombre, nunca conseguiré olvidarte...pero Julia, quiero que seas feliz.

-Gracias supongo.

-Supongo que estás con Gamboa por celos o yo que se...pero no merece la pena, olvídalo y se feliz tú que puedes.

-Lo intentaré.

-A media noche en que Andrea termine su “misión” nos vamos, aquí no pintamos nada.

-Sabemos perfectamente lo del submarino...

-Da igual, les dais igual por ahora, con lo que obtengamos de aquí estaremos meses ocupados...

-Phillippe ¿qué buscáis?

-Cuando nos hayamos ido te lo diré, antes no, no puedo permitir que lo estropees todo. Espero poder verte pronto.

A la noche...

-¿Lo tienes? ¿No te han visto?

-Ha sido muy fácil, con el aparato ese que trajisteis abrir la caja fuerte ha sido pan comido y dormir al Capitán...digamos que hasta dentro de unas horas no volverá a ser persona.

-Espero que no te hayas pasado con el cloroformo...

-Descuida Phillippe, yo espero que tú no te hayas ido de la lengua con tu amorcito.

-No, para eso ya tenemos a tu hijo. Pero ya lo regañaras luego, ahora salgamos de aquí que somos los últimos – dicho esto tanto Andrea y su hijo y Phillipe y sus hombre abandonaron el Barco sin ser vistos o si...

***

-Julia sin la caja negra...

-Ya lo sé Roberto pero ¿qué quieres que hagamos? Con ellos lejos podremos vivir en paz, y para que queremos tierra teniéndonos los unos a los otros...

-Algún día acabará todo, mejor no anticiparlo tienes razón. ¿qué te cuenta el chaval en la carta?

-Nada, lo que ya sabíamos, que han robado al caja negra su objetivo desde el principio, que él se arrepiente de todo y le gustaría estar aquí pero no puede, manda saludos para ti y me pide prudencia con mi “relación” con Gamboa no se por qué.

-¿Qué le dirás mañana al Capitán? Yo prefiero estar al margen aunque el sabe que yo se cosas...

-Nada, que se ha quedado dormido, nos han robado la caja negra y por fin se han largado y volvemos a ser el Estrella Polar, si yo sigo con Gamboa él no la liará en el barco y podremos vivir una temporada felices.

¡Nuevo fondo para el blog!

domingo, 23 de octubre de 2011

Gifs RicarJulistas hechos por Roberto





Rol, parte LXXVII (por Noe)

-Ojalá fuera todo tan fácil-dijo Julia mirando al suelo.
Miró para otro lado mientras se secaba las lagrimas,y luego esbozó una leve sonrisa.De la Cuadra tenía razón en todo,pero temía por lo que Gamboa le pudiese hacer a Ricardo o a sus hijas.
En ese momento,alguien llamó a la puerta.Julia vió por la ventana de que se trataba de Salomé.Probablemente había venido para ver como se encontraba Julián.Julia hizo un gesto para que pasase.
-¿Cómo está?-preguntó Salomé en cuanto entró por la puerta
-Está bien.Solo tiene que descansar unos cuantos días más,y ya estará mejor.
-Tranquila rubia.Ya verás que dentro de unos dias ya estoy bailando la conga por el barco-dijo Julián intentando no preocupar a Salomé.
La cocinera abrazó a De la Cuadra.
-Bueno,os dejo solos por si quereis hablar-dijo Julia.
Acto seguido,salió y cerró la puerta.Miró por la ventana como Salomé acariciaba la mejilla de Julián.No pudo evitar sonreir.Se dirigió hacia su camarote,y en el pasillo vió como Ricardo golpeaba la puerta de su camarote.
-Valeria,ábreme la puerta-dijo el capitán gritando
-¡No!-contestó la niña enfadada
Julia se atrevió a acercarse,y le preguntó que pasaba.
-He ido un momento a la cocina,y cuando he vuelto,Valeria cerrara la puerta con pestillo.No me quiere abrir la puerta y no sé que le pasa-contestó Ricardo.
Julia tocó la puerta y dijo:
-Valeria,soy yo.Ábreme la puerta,por favor.
Se escuchó como Valería abría el pestillo.Julia dejó paso a Ricardo para que entrara.Una vez abrió la puerta,el capitán vió como su hija estaba acostada en la cama,agarrando a su oso de peluche.
-Valeria,¿qué te pasa?¿Por qué no abrías?-preguntó Ricardo mientras se sentaba en la cama.
La niña se encogió de hombros.
-Escuché como tu y Julia discutíais.No quiero que os enfadeis.¿Es culpa mía?-dijo Valeria mirando a su padre
Ricardo y Julia se miraron.
-No,no es culpa tuya cariño-dijo Ricardo acariciándole la cabeza.
-¿Entonces?-preguntó
-A veces los mayores cometemos errores,y los intentamos arreglar discutiendo-dijo Julia mientras se acercaba a Valeria.
Ricardo la miraba con rencor.Sabía que él era el error.
-Y a veces-continuó Julia-solo discutimos porque no queremos contarle la verdad a otras personas.
Julia miró a Ricardo.Esperaba que hubiera captado la indirecta.

jueves, 20 de octubre de 2011

Rol, parte LXXVI (por Roberto)

Ricardo, cerró la puerta con un gesto de decepción dibujado en su rostro, apoyó su espalda contra la pared del largo pasillo. ¿cómo era posible -- se preguntaba -- que Julia lo hubiese engañado de aquella manera?. Algunos marineros de la tripulación pasaron junto a él, entre ellos Palomares, que le miró detenidamente.

-- ¿Le sucede algo capitán? -- preguntó el aprendiz de cura con tono preocupado?
-- No me pasa nada Palomares -- respondió Ricardo con frialdad. -- ¿Alguna novedad en el puente de mando? -- inquirió el capitán cambiando el tema.
-- No señor -- respondió Palomares agachando la cabeza un poco cohibido por el adusto gesto de Ricardo. -- Bueno... en realidad... si -- añadió
-- ¿Cuál? -- cuestioné Ricardo
-- Verá usted, es que Burbuja ha dicho que.. que en cubierta se percibe un olor extraño, nosotros no hemos notado nada, pero él insiste.
-- Lo verificaré en un momento, tengo algo que hacer -- respondió Ricardo -- avísele a Ulises, para que él también esté al tanto. -- ordenó el capitán.
-- Sí Señor -- asintió Palomares.

El capitán se dirigió a su camarote, hizo una pausa y suspiró, el dolor en su pecho era lacerante, tragó saliva con dificultad; abrió la puerta de su camarote y entró cerrando de nuevo tras de sí.

Allí, en la soledad de ese cubículo tan personal, por fin pudo desatar el nudo que atenazaba su garganta y que amenazaba con reventar su pecho. La lluvia caía a borbotones de sus ojos de manera incontrolada, como un tormenta que intenta arrasar todo a su paso para dejar después únicamente el triste paisaje del dolor. Sentado en su cama con la cabeza entre sus manos dio rienda suelta a la pena que sentía, solo sus llantos y los sollozos de su garganta rompían el silencio que había en su camarote.

Ricardo sentía que con cada gota de lluvia que resbalaba por sus mejillas extinguiéndose en la comisura de sus labios, se apagaba también su esperanza de ser feliz. Cuando por fin había encontrado una razón para vivir, para luchar en medio de aquel caos que lo llevaba a la deriva sin un puerto seguro al que sujetarse, todo se derrumbaba de nuevo.

El había sentido la calidez de Julia, su corazón había percibido el corazón palpitante de la doctora y hubiera sido capaz de jurar sobre una Biblia, que ella lo amaba tanto como él la amaba a ella. Sin embargo, las duras palabras de Julia seguían resonando como golpes de martillo en su cabeza. Lentamente se puso de pie y caminó despacio hacia la única luz que se filtraba al habitáculo.

Los ojos de Ricardo reflejaban en ese momento el inmenso dolor que sentía en su corazón, la mirada perdida, a través del ojo de buey, dirigida hacia aquella inmensidad de océano que les rodeaba. El capitán mesó su barba despacio, intentando secarse las innumerables lágrimas que le habían humedecido el rostro.

Su cabeza le mandaba un mensaje, las palabras de Julia, pero su corazón le mandaba otro, completamente distinto; de pronto, sus ojos se fijaron en un punto de su muñeca, la pulsera que Julia le había regalado. Por un breve instante con su dedo índice y pulgar estuvo tentado a arrancarla, pero no fue capaz, el recuerdo de los ojos de Julia, no se lo permitió. Esos ojos que él adoraba y de los que estaba colgado irremediablemente.

La primera vez que la vio, su corazón empezó a latir más rápido de lo normal, él supo que esa mujer significaría algo muy importante en su vida, cuando se vio reflejado en sus ojos, tuvo la certeza de que no había un lugar mejor para él, supo que se dejaría matar de ser necesario, para verse siempre reflejado en esos profundos ojos que lo tenían embelesado.


Julia, secó las últimas lágrimas de su bello rostro con el dorso de su mano, antes de entrar en la enfermería; allí, yacía Julián, pálido, ojeroso y cansado, pero aún así conservaba las ganas de seguir luchando por su vida, tenía muchas cosas aún por hacer y no cesaría de pelear por hacerlas.
Julia le admiraba ese tesón, esa fuerza con la que se enfrentaba a un destino duro e incierto.

- ¿Qué le pasa doctora? -- preguntó Julián con un hilo de voz-- ¿Tan mal estoy, que ya me está llorando? -- añadió irónico.
-- No, no -- respondió Julia intentando sonreír -- usted aún tiene cuerda para rato.
-- Entonces, si no son por mí esas lágrimas, son por Ricardo -- comentó De la Cuadra
-- ¿Por Ricardo? -- inquirió Julia, con tono apenas audible -- no, claro que no.
-- A mí no me engaña doctora -- dijo Julián con suficiencia -- Usted está enamorada de mi amigo. y sabe que le digo, déjese de tonterías, que para cuatro días que se viven -- Julián miró los ojos de Julia que estaban llenos de húmeda tristeza -- es mejor vivirlos con plenitud y al lado de la persona que se ama. -- Julián la miró con fijeza -- Doctora, hágame caso, nada, lo oye bien, NADA, vale más la pena que vivir con la persona que se quiere y más aún, en circunstancias como estas, en las que todo se magnifica.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Rol. Parte 75 (Por Shay)

Cuando se llevaron a Gamboa para encerrarle de nuevo, Julia volvió a su camarote sollozando lo más sigilosamente posible. Sabía que era mejor ir a la enfermería para controlar como se encontraba Julián, pero no tenía fuerzas para nada. Sus ánimos estaban bajo límites. Primero Philippe la había engañado haciendose pasar por muerto, luego vuelve, junto con Matthieu y André, está enfrentada con Andrea... y ahora la gota que colmó el vaso: Gamboa la amenaza. Lo úncio que la hacía sonreir cada mañana al despertar era el capitán, y la estrecha relación que tenían cada día más. Ahora todo eso se iba por la borda, nunca mejor dicho. Jamás se perdonaría ella que algo le pasase al capitán o a sus hijas. Estaba totalmente confusa, indecisa... Recordó el día en que una mujer le ordenó que enamorara a Ricardo, y claramente, esa mujer era del proyecto. Por eso no entendía a qué venía ahora que Gamboa la amenazara. ¿Estaría Gamboa realmente enamorado? ¿Las amenazas iban individualmente por parte de él? ¿Debía ocultar sus sentimiendos la doctora Wilson?
"¡Por dios, Julia"-se dijo a sí misma-"¿En qué estás pensando? ¿Acaso solo te importas tú? ¡Claro que tienes que ocultar tus sentimientos!"
Miró su muñeca, y sus ojos se pusieron llorosos. Tenía la mano roja. Suspiró. Hizo movimientos suaves con su muñeca y quejándose del dolor. Un dolor superficial, que podría verse por fuera por el rasgo de su mano. Pero el dolor que sentía por dentro no podía imaginarlo nadie. Ahora sí, Julis rompió a llorar. No podía aguantar. Ni si quiera existía en aquel momento la persona a la que le pudiese contar todo, ABSOLUTAMENTE todo. La verdad. El proyecto, Philippe, Gamboa, Andrea, aquella mujer que le ordenó enamorar al capitán, la esposa del capitán. Y así pasó, enamoró al capitán, y se enamoró ella de él. Pero no por las ordenes de su mujer, si no por sus verdaderos sentimientos.
"La mujer del capitán está muerta"-pensó Julia-"Si no la obedezco no pasará nada. En cambio si no hago caso a Gamboa este barco se quedará sin capitán. Y yo me quedaré sin la persona más especial del mundo..."
Julia se puso melancólica.
"toc,toc", llamaron a su puerta.
-¿Quién es?
La puerta del camarote de la doctora se abrió.
-Julia...-al ver al capitán entrar se secó rápidamente las lágrimas.
-Capitán, ¿ocurre algo?-dejó de tutearle.
-Necesito hablar contigo.
-¿Aquí? ¿Ahora?
-Si. ¿Puedes?
-Claro... pase.
-¿Te pasa algo? ¿Qué hay de lo de tutearnos?
-Capitán, me he equivocado mucho. En esta vida he cometido bastantes errores... no se imagina usted. Pero el gran error, el más grave de todos... está delante de mí.
-Julia, quería saber si te encontrabas bien, por eso estoy aquí... Hace dos días interrumpieron una conversación nuestra... pensé que querías decirme algo importante.
-Nada que no pudiera interrumpirse-intentó no llorar.
-Te noto rara.
-Capitán, como iba diciendo... usted es mi mayor error. He estado todos los días intentando convencerme a mí misma que siento cosas por usted, pero no logro conseguirlo. La cena, todos esos momentos juntos, han sido fingidos, Capitán. Sé que jamás perdonará este error mío, pero... lo que intentaba decirle era que no olvidé a Philippe, además... me ha gustado el beso de Gamboa-en ese momento le dieron nauseas, pero intentó disimular y concluyó lo más fríamente posible:-A partir de ahora debemos tratarnos como capitán y doctora.
-¿Capitán y doctora?-se acercó a la puerta.
-Sí...-susurró Julia.
-¿Sabe qué?-abrió la puerta.
La doctora hizo un gesto de negación con la cabeza.
-Es usted una gran actriz capaz de actuar momentos increíblementes mágicos-dijo el capitán recordando todos los días felices, la cena, el baile...-Debería ganarse usted el goya universal. Ni Elsa Pataky la gana.-se fue furioso sozollando, dando un portazo.

Juanjo Artero en planeta28.com

Pequeña entrevista realizada por la revista Planeta Veintiocho:


martes, 18 de octubre de 2011

Rol, parte LXXIV (por Nerea)

Julia se encontraba entre la espada y la pared.

Eh... esto no es lo que parece eh... El se me lanzó, y yo no...-Julia intenta salir de aquel aprieto.

Pensé que íbamos enserio, pero ya veo que a la primera de cambio te vas con el primero que pillas. (acento francés) Eres un zor..-Salta Philippe muy agresivo.

Ricardo ataca cogiéndolo de la camisa y levantándolo hacia arriba. -¿Sabe que así no se le habla a las señoritas?- Y lo deja caer al suelo. Philippe huye a gatas por el pasillo.

Y tu Gamboa, ¿Tu no estabas encerrado en tu camarote? ¿Como demonios burlaste a los vigilas?

Yo.. es que tenía que ver a mí chica. No sabe lo que uno hace por amor-Intenta excusarse Gamboa.

Ricardo intenta guardar su ira. -De acuerdo, pero ahora mismo van a venir unos guardias a volver a encerrarlo, y no quiero volver a verlo fuera de su camarote.

Julia se siente culpable. Ricardo lo siento, además yo no ice nada el se tiró encima mio y...-Ricardo le para- No me des explicaciones Julia. Es tu vida, y tus relaciones. Eres tu la que decides.
Ricardo se va enfadado y Julia mira muy triste.
Gamboa se le acerca y le vuelve a dar un beso. Pero en esta Julia reacciona y le da una bofetada.
¿Que te crees que acabas de hacer?- Gamboa le coge de la mano y se la aprieta haciéndole daño.
Gamboa sueltame-Ordena Julia.
No no-Tu te vas a quedar aquí conmigo todo el tiempo que yo quiera-Le obliga Gamboa atemorizando-la.
He dicho que me sueltes. Y Jamás estaría con un monstruo como tú.-Gamboa se enfada mucho y le aprieta más.
De eso nada monada. Te advertí. Y ahora las consecuencias son malas. Aceptaré que no quieras estar conmigo pero si no lo quieres estar conmigo. Tampoco lo estarás con nadie más ¿Entendido?-Gamboa amenaza a Julia.
Ni en sueños. No te saldrás con la tuya...-Dice Julia con poder de decirlo sin miedo...
Pues como no lo hagas, matare a Ricardo sin pensármelo dos veces, y luego a sus dos hijitas a las que les tienes tanto aprecio eh. Por favor, que gustazo poder matar a Valeria con mis propias manos...-Ahora si que Gamboa tenía bien amenazada a Julia..
Eres...¡¡eres un monstruo!!-Dice muy apenada y apunto de llorar, ante la nueva situación.
A lo que eso Ricardo vuelve con lo vigilantes.

Gamboa se acabo, vuelva a su camarote. Y no lo quiero volver a ver más por aquí.... Ricardo mira la situación... ¿Ocurre algo?
Julia mira a Gamboa...-No nada el ya se iba.
De acuerdo pues venga Gamboa.
Se acerca a los chicos que le guían al camarote, y ahora sí, lo cierran con candado, y dos alumnos a los lados procurando que no salga de allí.

Rol, parte LXVIII, 68 (por Ana)

-Julia no le va a pasar nada a la tripulación, estate tranquila de verdad, confía en mi..- dijo Ricardo mirándole a los ojos.
-Pero Ricardo...
-Confía en mí...- dijo cogiéndole la mano. 
-Está bien pero si pasa algo por favor avíseme cuanto antes.- Ricardo asintió con la cabeza, le sonrió, cuando iba a salir por la puerta del camarote se arrepintió y volvió a cerrar la puerta.
-¿Qué tal si te invito a cenar esta noche en mi camarote?, tomalo como algo a cambio de las molestias que te voy a causar al no dejarte ser la medico del barco durante unos días.
Julia se lo pensó unos segundos, estaba un poco molesta por la decisión que había tomado Ricardo, pero a él no le podía decir que no a él no.
- Vale, ¿a las 21:00?
- A las nueve.-dijo el Capitán saliendo por la puerta.

En otra parte del Estrella Polar:
Andrea hablaba con Pablo y Gamboa y les contaba la decisión que había tomado el Capitán.
-Entonces nos deja libre... - dijo Gamboa
-Sí pero no del todo vosotros estaréis en un camarote y os tendrán vigilados, yo estaré por unos días en la enfermería sustituyendo a Julia- dijo sonriendo maliciosamente- Ricardo se va a arrepentir de la decisión que ha tomado.

En el camarote número 7 estaba un capitán preocupado y nervioso por la cena de esta noche, sabía que era muy torpe para esas cosas, mientras su hija lo miraba divertida mientras se retocaba la barba.
-Papá tranquilo.-dijo riéndose al ver que a su padre le temblaba el pulso y no atinaba a retocarse la barba bien pero él no le hacia caso.
-Papá papá todo va a salir bien ya verás- su padre resoplaba...
-Mira te voy a dar 3 pasos para una cita perfecta: primero cuando la saludes no le des un beso dale un abrazo enorme para quitar las barreras físicas; segundo cédele la silla porque está muy bien eso de la iniciativa pero ella tiene que ver que eres todo un caballero; y tercero y la más importante si te sonríe y se toca el pelo o la oreja lánzate, lánzate!.
-Pero hija como me voy a lanzar si hay una mesa por medio y...- Ainhoa lo cortó
-Papá tranquilo, hazme caso- dijo saliendo del camarote- y la barba te ha quedado muy bien, estás muy guapo- y lo dejó allí preparándose.
 

Rol, parte 67.2 (por Ele)

-Quiero ver a Julia.-dijo el capitán tras una pausa.
-Ricardo,no creo que sea conveniente. Te lo he dicho,ella está inconsciente en su camarote.-Andrea le dijo ''cariñosamente''
-Ya sé lo que me has dicho pero quiero que me cuente su versión,me da igual sí tiene que venir Gamboa como si tiene que resucitar el Santísimo Papa...Andrea no te lo repito más,QUIERO VER A JULIA YA.-el capitán insistió tanto que la misma Andrea llamó por el walky a Julián.
-Julián,habla Andrea. Ricardo acaba de despertar,está bien.¿Puedes traer a Gamboa?Son ordenes del capitán,quiere ver a la doctora Wilson.-le pidió a Julián,que aunque él no entendía nada de lo que estaba pasando aceptó a regañadientes.
-Gracias.-intentó ser agradecido mientras ella le ayudaba a bajar de la camilla.
***
Mientras tanto en el camarote de la doctora Wilson,seguía dando vueltas por su habitación(sí es que se le podía llamar eso,habitación)Pensando en la salud del capitán...de su capitán,y por mucho que gritara nadie le ayudaba. Tan solo quería verle...le tenía que curar,de pronto se oyó cómo dos personas hablaban detrás de su puerta. Era la voz de Andrea,no podía ser...
-Ricardo.-cuando vio al capitán lo abrazó con toda su fuerza.
-Julia,¿estás bien?-se soltó con cuidado,ya que por poco se quedaba sin respirar.
-Eso debería preguntar yo,¿estás bien?-él asintió con una sonrisa.-¿Y tú qué haces aquí?-añadió dirigiéndose a la madre de Pablo.
-Lo mismo que tú,bonita.-contestó con frialdad,tanto la una como la otra se miraban con odio.-Ricardo,¿se lo dices tú...o se lo digo yo?-le llamó para llamar su atención,él no paraba de mirarla.
-¿Él qué?Ah no,Andrea eso se lo digo yo.¿Nos dejas unos minutos?Tranquila que no nos vamos a escapar.-bromeó el capitán,al ver que ésta se quedó mirándole seriamente.
-Mira,no me preguntes qué hace aquí pero después de que me haya salvado la vida...le tengo que dar un voto de confianza,igual que a ti. No tengo mucho tiempo para explicarte,ten muchísimo cuidado de qué,cómo y qué haces.-una vez que se fue la madre de Pablo,Ricardo le dio algunas señales para que Julia estuviese alerta.
-¿No querrás decir que vamos a estar vigilados,no?-le preguntó.
-Así es y no sólo eso,sino que por un tiempo tendrás que dejar la medicina.-ahí es cuando saltó Julia de la cama,provocándole un dolor de cabeza.
-No,eso sí que no.-se negó desde un principio y menos sabiendo que ''esa'' podía ser quién la reemplazaría.
-Julia,es por la tripulación...necesitas unas vacaciones,lo que los médicos decís como reposo temporal.No te va a hacer daño.-insistió el capitán.
-No,sí a mí no me va a hacer daño...pero sí a nuestra tripulación,quiero decir a tu tripulación.-se estaba poniendo nerviosa,lo cuál no podía hacer por ahora y más revelarle sus sentimientos.

Rol, parte LXXIII (por Lidia)

Julia se sentó frente a Ricardo, en el escritorio. Estuvieron unos momentos mirándose, incómodos, sin saber que decir. Julia tomó aire. Decirle a Ricardo que le quería no era tarea fácil...
-Ricardo...
-Julia...
Se miraron y rieron, nerviosos, "para desacumular tensión". No era fácil.
-Mira, Ricardo... verás... el otro día, en la cena nos interrumpieron y bueno, no oiste mi respuesta... Llevamos un par de dias que apenas nos vemos, por lo de Philippe... Yo he estado muchos años con él, y le amaba. Pero...
-Pero...-insitió Ricardo, apunto de sufrir un ataque nervioso.
Julia se inclinó hacia él. Sus ojos brillaban y una media sonrisa se asomaba en su rostro. Sus manos rozaron las de Ricardo.
-Yo... Bueno, pues... Tengo que decirte que he estado pensando. Él, para mí, ha estado muerto mucho tiempo y... bueno... és como si ahora apareciera Marisa. Tu quedarías confundido. Eso me a pasado a mí, pero ya tengo las ideas claras. Y...
Entonces entró en la habitación Salomé. Tenía la cara muy blanca y le caían gotas de sudor por la frente. Parecía aterrada.
-¡Julia, ven!¡Julian se encuentra muy mal, ha empezado a vomitar, se ha quedado pálido y finalmente se ha desmayado!
Julia y Ricardo salieron corriendo tras Salomé hacia la enfermería del Estrella Polar.

1 HORA DESPUÉS...

Julia salió de la enfermería. Miró a Salomé y Ricardo, que se abrazaban muertos de preocupación en el pasillo. La miraron ansiosos.
-Julian está bien. Ha tenido un ataque y va a tener que seguir una dieta, pero está fuera de peligro. Quiere hablar con vosotros.
Asintieron.
-Yo voy a mi camarote-dijo Julia.
Justo cuando Julia entró en su camarote, vió una nota pasar bajo la puerta: "Julia, nos vemos ahora mismo en el aula, es urgente". Abrió la puerta y miró a su alrededor. No se veía a nadie por el pasillo. Decidió ir al aula. Cuando entró, estaba vacía, así que se sentó en una silla. En ese momento entró Gamboa. Julia se levantó de la silla,nerviosa.
-¿Tu no estabas encerrado en tu camarote y con guardias?
-¿Es que no me conoces, Julia?-sonrió él-. A mi nadie me encierra...
Se acercó más a Julia. Su sonrisa se transformó en otra más dulce.
-Y menos cuando quiero decirle a la chica que me gusta que... que me encanta su sonrisa, sus ojos, su pelo, como camina...
Julia abrió los ojos, sorprendida. Nunca se le habría pasado por la cabeza que Gamboa estuviera enamorado de ella.
-Estoy enamorado, Julia. Me vuelves loco.
Ahora si que Julia no supo reaccionar. Él, comprensivo, supo que ella estaba sorprendida. Pero con la de compentencia que tenía, no podía aplazar su declaración. Entonces, le cogió el rostro con las manos y la besó.
Y en ese instante, entraron Ricardo y Philippe, discutiendo. Se habían encontrado en el pasillo y habían empezado a discutir, y sin saber como habían acabado en el aula. 
-Julia...
Dijeron a la vez. Sobresaltado, Gamboa se separo de Julia, y vieron que acababan de entrar en escena el Capitán Ricardo y el Francés Philippe.

Rol, parte LXXII (Por Miriam)

Dos días después....

Todos los tripulantes estaban sentados en fila, observando a Phillipe y a
 
sus dos compañeros. Se había organizado un juicio para ponerse de acuerdo
 
entre toda la tripulación y ver si se podrían quedar los nuevos tripulantes o
 
de lo contrario les echaban en una balsa a la deriva.

Phillipe se había recuperado perfectamente. Sentado en una silla, en medio
 
de la sala, sintiéndose algo incómodo y observado por los demas tripulantes,
 
miraba intensamente a Julia. La había echado mucho de menos y ahora volvía
 
a verla, tan guapa, tan perfecta, tan Julia, era como siempre, con esa sonrisa
 
que le encantaba, su personalidad, su forma de ser...pero era tarde la había
 
perdido, fue un error fingir su muerte con ella, y era algo irreparable ahora.

Ricardo, mientras escuchaba las opiniones de los tripulantes del Estrella Polar
 
pensaba en la cena con Julia. Le había encantado, y se moría de ganas de poder
 
repetirla. Pero al darse cuenta que Phillipe, el novio de Julia, había vuelto... Se
 
dió por vencido. Estaba triste y desanimado. Había pasado dos días pensando,
 
reflexionando, haciendose pequeñas ‘paranoias’ a sí mismo y no llegaba aninguna
 
conclusión, si por el fuese tiraba al Phillipe de lso demonios y aus compañeritos por
 
la borda pero mezclar su rango con los sentimientos no era lo correcto.

Ulises: Yo creo que debemos darles una oportunidad.
Ricardo: No sabemos como han aparecido hasta el estrella, así, sin mas...
Palomares: Capitán, ellos tambien son supervivientes, y creo que deveríamos estar
 
contentos al saber que hay mas gente viva, que no somos los únicos.
Ulises: Palomares tiene razón, capitán. Creo que deberiamos acogerles.
Palomares sonrió. Ricardo tuvo que aceptar y acogieron a los franceses y a Phillip
 
eso si, primero durante un periodo de prueba en que se les tendría vigilados a ver si
 
eran de fiar, no sabía porque, no se creía que estuvieran ahi porque si, por Julia.. y
 
tampoco le gustaba como Andrea miraba a Phillipe y los otros dos.

***

Julia, desesperada y muy confusa, le contó a Salomé todo lo que le estaba pasando,
 
necesitaba desahogarse. Le dijo lo que realmente sentía, ya que había estado toda
 
la noche pensando y había llegado a una conclusión. Había amado con todas sus fuerzas
 
a Phillipe, pero para ella estaba muerto y ahora... ahora estaba segura de lo que sentía
 
por Ricardo, y por una vez que ambos estaban dispuestos no iba a perder la oportunidad.
 
Salomé radiante de felicidad le aconsejó diciendola lo que Julia quería escuchar; cualquier
 
decisión que tomara, a ella le parecería bien pero era su vida y sus sentimientos hacía Ricardo
eran sinceros, y los de él hacia ella tambien, tenía derecho a darse una oportunidad.

Ricardo llegó a su habitación después del juicio. Se sentó en su cama, y luego se estiró.
 
En su cabeza solo existía Julia, la doctora Wilson. No podía quitársela de sus pensamientos. Estaba desesperado. ¿Qué tenía que hacer? ¿Cuáll era el siguiente paso?

De pronto, llamaron a la puerta de su camarote.

Ricardo, se levantó con lentitud y con algo de cansancio, hasta que abrió la puerta y
 
vió a la doctora.

Julia: Hola – Dijo sonriendo
Ricardo: Hola – Contestó
Julia: ¿Puedo pasar?
 

Ricardo: Claro, claro. Pasa – Le dijo mientras le abría la puerta y se apartaba de ella para dejar pasar a Julia.

sábado, 8 de octubre de 2011

Rol, parte LXXI (por Nago)

En ese momento Ricardo sintió como si le clavaran un puñal en el corazón.

Lo que más deseo en el mundo es poder disfrutar de la compañía de Julia, la necesito casi como respirar-le decía a Julián mientras pensaba en lo que suponía ese nombre.

No entiendo nada Ricardo, quién es ese Philippe, que tiene que ver con Julia con él?-preguntaba Julián con cara de asombro.

Sólo sé que Philippe es el antiguo novio de Julia, al que ella creía muerto tras producirse el cataclismo-le mintió Ricardo mientras recordaba todo lo que Roberto le había contado y que por mucho que quisiera no podía revelar por su propia supervivencia.

No sé cómo asimilar esto, seguramente he perdido para siempre a la que sin duda alguna es el segundo amor de mi vida y que para Valeria significa su referente materno-le decía a Julián triste y pensativo.

No estoy en condiciones de ir a la enfermería, no podría soportarlo, ve tú y ayuda a Julia en lo que necesite-le dijo a Julián mientras unas lágrimas empezaban a asomar en su rostro.

Mientras tanto en la enfermería

Los franceses seguían sin permitir que Andrea se acercara a la camilla donde se encontraba Philippe todavía inconsciente.

Ya viene tu ángel-dijo Andrea irónicamente cuando vio que entraba Julia por la puerta.

Podéis esperar fuera, no puede haber tanta gente en la enfermería, no es bueno para el paciente-dijo Julia mientras sacaba a Andrea y a los franceses al pasillo y cerraba la puerta.

Julia asustada consiguió reanimarlo y comenzó a examinar la herida para realizar las curas necesarias.

Julia, qué haces aquí?, qué ha pasado?-preguntó Philippe nada más despertar.

Tranquilo, estamos en la enfermería del Estrella Polar, te han herido y has perdido la consciencia en la barca mientras regresabais y tus compañeros han preferido traerte de vuelta ya que en estas condiciones no podíais regresar al barco sin levantar sospechas-le intentaba explicar Julia.

En ese momento llegaba Julián a la enfermería. Puedo pasar?-le preguntó a Julia mientras miraba con curiosidad a la camilla donde se encontraba Philippe.

Pasa-le contestó Julia sorprendida por su presencia cuando esperaba la de Ricardo.

Julia se sintió entre la espada y la pared, por un lado observaba a Philippe tendido en la camilla pero por suerte ya a salvo y sin complicaciones y por otro sabía que la ausencia de Ricardo se debía a que había recordado quién es Philippe y estaría pensando que lo suyo ya no era posible.

Lo que he sentido horas atrás en la cena no es fingido, deseaba besar a Ricardo con todas mis fuerzas-se decía Julia mientras miraba a Philippe e intentaba aclarar sus sentimientos que estaban bastante alborotados en ese momento.

Cuando termine aquí, pasaré por el camarote del capitán para informarle de lo sucedido-le dijo a Julián esperando que él se diera cuenta de que era un mensaje en clave para Ricardo.

Cuando Julián se marchó, Julia quiso mantener una conversación con Philippe, estaba feliz de que estuviera vivo y a salvo y todavía permanecía cierto rastro de sus sentimientos por él en su interior, pero mezclados con los recuerdos de que tenía muchas cosas que explicarle acerca de su implicación en lo sucedido y de que aunque fuera obligado y por el bien de ella misma,no había sido capaz de decirle muchas cosas que le hubieran evitado muchos momentos de dolor, al creerle muerto y al sentirse plenamente culpable de su implicación inconsciente en el cataclismo y desaparición del mundo.

Mientras en el camarote del Capitán

Ricardo seguía dando vueltas a la idea de perder a Julia cuando por fin y después de tanto tiempo había conseguido acercarse más íntimamente a ella.

No puedo perderla, no puedo perderla –se repetía a sí mismo con la cara llorosa, intentando calmarse y pensando que aunque por supuesto que lucharía por ella, no tendría la más mínima oportunidad, él sabía bien lo que significaba un primer amor.

miércoles, 5 de octubre de 2011

PARTE LXX (Por Paola)

En su camarote, Ricardo esperaba impaciente la llegada de Julia. Había escuchado jaleo en cubierta, pero como Julián no lo había avisado por el walkie ni lo había ido a buscar supuso que serían los jóvenes haciendo de las suyas, y no se preocupó. Se miró una vez más al espejo, examinando su barba, pero decidió no tocarla más. Eran las nueve y cinco, Julia llegaba tarde y cada vez estaba más nervioso. ¿Y si no se presentaba? En ese momento llamaron a su puerta, y todas sus dudas se disiparon. Sabía que era ella por la forma en que sus nudillos habían golpeado la puerta, de forma suave pero con determinación. Abrió la puerta y allí estaba: preciosa, con un vestido beige que parecía hecho a medida. Ricardo recordó el primer consejo que le había dado Ainhoa y se acercó para abrazar a Julia; lo que no esperaba era la reacción de ella.
Julia se aferró al abrazo de Ricardo y apoyó la cabeza en su hombro, sin poder evitar que alguna lágrima brotase de sus ojos y echase a correr por sus mejillas. Diez minutos atrás había visto con sus propios ojos a su antiguo amor, aquel que había creído muerto. Las emociones que se arremolinaban en su interior eran demasiadas, y al sentir que Ricardo la abrazaba no pudo soportarlo más y tuvo que sacarlo todo. Los dos estuvieron así varios minutos, en silencio, sin que Ricardo la presionase para que le dijese qué pasaba. Finalmente, cuando ella se sintió con fuerzas se separó de él y se secó las lágrimas que quedaban en sus mejillas.
-Perdona, he tenido un momento de debilidad.
-No pasa nada, Julia. En esta situación lo más normal es explotar de vez en cuando. ¿Te encuentras bien?
Julia sintió deseos de contarle con todo detalle lo que sabía: todo el Proyecto Alejandría, su misión inicial en ese barco, Phillipe... Pero no podía.
-Sí, sí, no ha sido nada. Gracias por todo, Ricardo.
Se acercaron a la mesa y Ricardo siguió el segundo consejo de Ainhoa: cederle la silla a Julia. Ella respondió a su gesto con una sonrisa mientras se sentaba, y Ricardo hizo lo mismo en el lado contrario de la mesa. La cena siguió sin problemas, los dos hablaron de todo y de nada, de cosas triviales, de anécdotas con amores pasados... El capitán consiguió que Julia se riese más de una vez, ella no había estado equivocada cuando pensó que se lo pasaría bien.

Mientras tanto, en un bote cerca del Estrella Polar...

Philippe acababa de desmayarse y Matthieu y André, el que se había quedado esperando en el bote, no sabían qué hacer. Todavía estaban algo alejados de su barco y tendrían que entrar sin levantar sospechas, lo que sería casi imposible con Phillipe en ese estado. Además, una vez allí, ¿cómo explicarían lo que había pasado? La sangre seguía manando de la herida del hombre y si un médico no lo atendía pronto sería demasiado tarde... Matthieu no podía dejar que su amigo muriese, así que se giró a André con una mirada muy seria.
-Da la vuelta, volvemos al Estrella Polar.

En el camarote de Ricardo...

Ricardo y Julia estaban hablando de cuando Ainhoa era pequeña, y la mujer no podía parar de reír.
-Y entonces dijo que con su capa nueva podría volar, y se subió al árbol del jardín. ¡Tuve que trepar para bajarla de ahí!
Estaban ya tomando el postre. Julia cogió su copa de vino y le dio un sorbo, mientras con la otra mano se colocaba el pelo detrás de la oreja y se tocaba levemente el lóbulo. Ricardo abrió los ojos con fuerza y a su mente llegó el tercer consejo de Ainhoa: “Si se toca el pelo o una oreja, ¡lánzate!”. ¿Qué hacía? ¿Se lanzaba? Los otros dos consejos habían ido bien, así que... El hombre se levantó de su silla y se sentó en la que estaba junto a Julia, y le cogió la mano.
-Está preciosa esta noche, doctora.
Había algo en sus ojos que lo llamaba sin cesar, así que los dos fueron acercándose el uno al otro, poco a poco, dispuestos a hacer algo que llevaban esperando mucho tiempo... cuando la puerta se abrió de golpe, y los dos se separaron sobresaltados. Era De la Cuadra.
-Siento interrumpir, Ricardo, pero unos gabachos se han colado en el barco. He herido a uno con un arpón y parece que hay que operarlo de urgencia. Andrea iba a hacerse cargo, pero los otros dos franchutes no la dejan acercarse a la camilla. No hacen otra cosa que parlotear en francés y decir el nombre de la doctora Wilson.
-¡¡Phillipe!! -La cara de Julia se convirtió en un poema, y la doctora se levantó rápidamente y salió por la puerta directa hacia la enfermería.
“¿Phillipe?” se preguntó Ricardo. Ese nombre le sonaba familiar, pero no sabía por qué... Y entonces se acordó. Phillipe era el novio de Julia.

martes, 4 de octubre de 2011

Fotos Escena Declaración de Ricardo a Julia en la Cena (Cap.2x03)

Capturas de la escena del capítulo 2x03 títulado " La última balsa del Queen América" en la que Ricardo invita a cenar a Julia en su camarote para celebrar la llegada de cajas con comida y para disfrutar de su compañia y hablarle de sus sentimientos.