martes, 19 de julio de 2011

Rol, parte XXXVIII (por Miriam)

Ya llevaban un día sin encontrar a Gamboa, no sabían nada de él, ni si quiera
si estaba vivo o muerto, y eso a Júlia le empezaba a preocupar. No sabía qué
hacer… Quizás lo mejor sería explicárselo todo al capitán para que pudiera
ayudarla, después de la desaparición de Gamboa sentía que estaba sola y que
ella era la única que cargaba con todo eso.

Julia estaba estirada en su cama, pensando. De repente, se abrió la puerta y
apareció Andrea, sonriéndole. Julia le dio permiso para pasar.

Andrea: Julia, tengo que hablar contigo, es muy importante
Julia: Está bien. ¿Qué pasa? – Dijo algo extrañada, empezándose a preocupar
por si sería algo de la relación que tenía ella con Ricardo.
Andrea: No puedes contarle nada al capitán – Dijo ella, seriamente.
Julia: ¿De qué me hablas?
Andrea: Sabes perfectamente de que te hablo. Sé que estás algo asustada por
la desaparición de Gamboa, pero me tienes a mí. No puedes decir nada sobre
el proyecto del acelerador de partículas, ¿me entiendes? Si no, lo pondrías
todo en peligro, tu solita.

Julia se quedó paralizada. Andrea también formaba parte del acelerador de
partículas, ¡y ella sin saberlo! Además, Julia se asustó un poco… Andrea se
había puesto más seria de lo normal, incluso daba miedo.

2 DIAS DESPUÉS…

Gamboa estaba tumbado en la camilla de la enfermería. Al parecer ya se había
recuperado, y se encontraba mejor. Julia estaba a su lado, mirándolo fijamente,
muy extrañada. ¿Dónde había ido durante esos días? ¿Por qué estaba tan
bien, si después de haber estado días perdido en alta mar debería sentirse
débil? ¿Y la comida y el agua, de dónde habían salido? No tenía ni idea,
y empezaba a sospechar un poco…

De repente, Gamboa se levanto de la camilla, observó a Julia, se levanto y se
puso delante de ella, mirándola a los ojos.

Julia: No entiendo nada. ¿Que se supone que tengo que hacer yo ahora?
Gamboa: Nada, no tienes que hacer nada.
Julia: ¿Dónde has estado? ¿De dónde has sacado la comida? ¿Cómo has
vuelto?
Gamboa: Escúchame Julia, todos tenemos nuestros secretos. Tú tranquila, ya
estoy aquí.
Julia: Deberíamos contárselo todo al capitán…
Gamboa: ¡No! Eso nunca. De momento guardaremos nuestro secreto.

Julia estaba muy confundida. ¿Qué más daba explicárselo al capitán, si ellos
eran los únicos supervivientes? Tarde o temprano tendrían que explicarlo, tarde
o temprano el capitán haría preguntas, y ellos, sólo ellos, tienen las respuestas.

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