jueves, 28 de julio de 2011

Rol,parte XLI (Por Silvia)

En la popa de El Estrella Polar una mujer miraba maravillada el esplendor del sol al atardecer, era tan romántico y le traía tan buenos recuerdos...como cuando Philippe se la declaró y le pidió irse a vivir juntos...Philippe, ¿estaría vivo? No lo sabía y tampoco quería pensar en él, aun recordaba como esa mujer le pidió que enamorase a Ricardo, su marido...era ilógico pero ahora... no es que lo hubiese echo obligada sino que estaba realmente enamorada pero era inútil él había elegido, y muy mal, Andrea nunca le había caído bien y desde que sabía que formaba parte del proyecto menos... Suspirando, ondeó el viento su larga melena castaña haciendo mella de la brisa marinera que la hizo estremecer, y con delicadeza entre las madejas, cuerdas y redes que había en cubierta se decidió a entrar, era tarde y mañana tendría que madrugar como de costumbre. Abrió la puerta que daba al interior y le pareció oír voces del puente de mandos, era tarde para que el capitán estuviese allí así que pensó que sería algún alumno liando alguna, se dirigió allí y...

-Ya te lo he dicho cariño, no se d que foto me hablas...- medio gritando.
-La he visto, esta mañana, en el cajón –sonaba sincero.
-A si que ¿has revuelto en mis cosas? –haciéndose la indignada.
-No, estaba abierto y...
-Mira, no pongas excusas, no se de que foto me hablas, ya ves que hemos revuelto todo y no he encontrado ¡esa dichosa foto! Ricardo, estás muy raro... es tarde voy a dormir, ¿o no puedo dormir en tu camarote?
-Si, si tienes razón... yo.. lo habré soñado y ya – quedándose algo confundido.
-Claro que si amor –acercándose y dándole un beso en los labios.

Desde fuera una doctora Wilson escondida no dejaba de decir en su mente palabras indescifrables en francés, ingles o lo que fuese.

Será guarra la tía esta... ostias que viene; corriendo a esconderse detrás de la barra del club.

Andrea salió del puente de mandos con una sonrisa malévola en la boca. Tras los concurridos pasillos del barco, llegó a las bodegas, miró que nadie la siguiese y entró.

-¿Te ha costado convencerle? – con una voz ronca.
-Él sabe lo que ha visto, me costó confundirlo, pero creo que está enamorado de mí y...– sentándose al lado del individuo.
-Hay que ser precavidos con esas cosas Andrea, un clavo fuera de su sitio y...
-Descuida, un fallo lo tiene cualquiera. Además mi hermano está fuera de esto desde hace mucho... –riéndose.
-Si, nos costó pero había que eliminarle, dentro del proyecto no se puede andar con chorradas de si esto esta mal o bien.
-Por mi parte no volverá a pasar nada que me ponga en evidencia Ernesto, lo juro –mirándolo fijamente - Estás demasiado tenso... ¿por qué no...? –acercándosele y susurrándole al oído.
-NO, estoy ocupado.
-Siempre ella...estoy cansado Ernesto, ¿qué tiene Wilson que no tenga yo?
-No es eso...
Ya claro... se muy bien que si sigue viva es por el inútil de Philippe y por ti. Ella no tendría que haber sobrevivido, su puesto era de María.
-Yo me encargué de que María no diese explicaciones... ahora estará bajo agua en un maletero de un coche.
-La salvas la vida a esa payasa y así nos lo agradece, casi estuvo apunto de contar lo que sabe.
-No hablará, estoy seguro, confió en ella.
-Solo dime una cosa, ¿cuándo les vistes, les comentaste que Julia estaba en el Estrella y viva?
-No, me hubiese muerto de verdad en esa lancha si llego a hablar.
-Amigo, yo solo se que un error se paga con la muerte y tu ya has hecho dos.
-¿Dos? –mirando perspicaz a Andrea sin saber a que se refería, con “dos”.
-Salvar la vida a la payasa de la doctora Wilson y enamorarte de ella cuando sabes que está loca por Philippe.
-No te equivoques Andrea, yo creo que de quien está loca es de tu noviecito...

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