martes, 31 de mayo de 2011

Rol, parte XIX (por Nago)

Ricardo no sabía cómo se había enamorado de esa forma de Julia, pero sentir tan de cerca su llanto desconsolado hacía que se le rompiese el corazón. – Pensaba en cómo alguien podía ser capaz de hacer daño a una persona tan maravillosa.
En ese momento y sin saber muy bien cuál sería la reacción de Julia e intentando conseguir consolarla, Ricardo se aproximó a ella poco a poco, deseaba con todas sus fuerzas abrazarla, cuando ya estaba lo suficientemente cerca de ella, se sorprendió al ver que era Julia quién se abrazaba a él de forma desesperada.
Sin salir de su asombro, Ricardo aprovechó el momento para decirle unas palabras muy dulces que consiguieron el efecto deseado, Julia levantó su cabeza, apoyada hasta ese momento en el hombro de Ricardo y tras darle las gracias y ya más tranquila le confesó sus últimos descubrimientos sobre Ulises, tan dolorosos para ella que al terminar de relatárselos, se volvió a echar en sus brazos, buscando el consuelo que ya había comprobado que sólo Ricardo podía ofrecerle.
Minutos después, Ricardo consiguió calmarla de nuevo y le propuso un plan que hizo que la doctora esbozase una tímida sonrisa.
Ricardo dejó a Julia preparándose en su camarote y se dirigió al suyo para hacer lo mismo. -Sólo deseo conseguir borrar la tristeza de Julia y que disfrute de una mágica noche.-pensó-
Pasado un tiempo, tocó a la puerta del camarote de la doctora y en ese momento salió Julia, vestida con un precioso vestido de fiesta y con una sonrisa radiante, de forma muy caballerosa, Ricardo le cogió de la mano diciéndole lo guapa que estaba, a lo que ella ruborizada contestó de igual manera.- De verdad lo pensaba, sentía cómo si un sentimiento latente en su interior empezara a despertarse-
Ambos recorrieron las estancias del Estrella cogidos de la mano hasta llegar al bar dónde tras poner música empezaron a bailar y a disfrutar a solas de una noche que prometía para Julia no ser tan triste como había pensado.
Con el avance de la noche, Julia se dio cuenta de lo profundamente cómoda que se sentía abrazada a Ricardo y muchos pensamientos empezaron a aflorar en su mente.

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