sábado, 27 de agosto de 2011

Analisis del personaje: Julia Wilson


Actriz que la interpreta…

Irene Montalà (Barcelona, 18 de Julio de 1976).

Durante la primera temporada…

Julia Wilson es la científica del barco. Varios meses antes de iniciar su viaje a bordo del Estrella Polar, firmó un contrato para trabajar en el Proyecto Alejandría o Proyecto del acelerador de partículas, que finalmente fue el que desencadenó el cataclismo. Ese contrato llevaba implícito un sueldo elevado así como cumplir una larga lista de cláusulas de confidencialidad sobre lo que debía mantener en secreto. Sin embargo, un tiempo después, Julia Wilson quiso renunciar y Philippe (su pareja sentimental que también trabajaba en el mismo proyecto) la llamó para informarla de lo peligroso que sería hacer eso. Sabiendo que no podía abandonar y de que su vida podía correr un grave peligro, tuvo que aceptar que le fuera asignado lo que sus jefes llamaron “facilitador”, que le ayudase a realizar su trabajo. Dicha asignación recayó en Gamboa, futuro profesor de supervivencia del Estrella Polar.

En el puerto, antes de que zarpara el Estrella Polar, el capitán Ricardo Montero quiso impedir que cargaran una serie de cajas sin su autorización pero Julia Wilson le dijo que esas cajas estaban siendo embarcadas por orden del Ministerio de Ciencia y que su contenido era secreto. Cuando el capitán intentó abrir una de las cajas, tiró al suelo la maleta de Julia esparciendo la ropa de la científica por el puerto. Después de este incidente, permitió que subieran a bordo las cajas que faltaban.

Antes de iniciar su viaje, Julia Wilson tuvo un encuentro con Philippe y uno de sus compañeros de trabajo en una furgoneta. Le estuvieron hablando de la inminente puesta en marcha del acelerador y de la necesidad de mantener el barco en una serie de coordenados concretas. Para que Julia Wilson consiguiese su objetivo le dieron instrucciones sobre los pasos a seguir en caso de accidente (debía buscar la caja número 23) y le entregaron una pistola.

Dentro del barco y gracias a su ordenador, Julia Wilson fue testigo de los problemas y el caos que desencadenó la puesta en marcha del acelerador. Philippe, que estaba viviendo en primera persona todo lo que estaba sucediendo en Ginebra, trató de tranquilizarla pero cuando Julia perdió la conexión con su novio sospechó que algo malo había ocurrido.

Las sospechas de Julia pronto se confirmaron ya que el accidente desencadenó una gran tormenta en el mar. Cuando el capitán se enteró que Ramiro y Estela habían abandonado el barco y estaban perdidos en alta mar en plena tormenta decidió ir en su búsqueda aunque tuviese que mover el barco. Esto último trató de impedirlo Julia tras amenazar al capitán con una pistola, ya que el barco no debía moverse de esas coordenadas por los peligros que entrañaría si lo hiciese.

La tormenta fue sólo el comienzo de una serie de fenómenos inexplicables. A este problema se unirán otros como: el ataque de una bandada de pájaros, de peces abisales, torbellinos, volcanes submarinos, olas de calor, nieblas tóxicas, etc en los que Julia no dudó en ayudar y aplicar todos sus conocimientos científicos.

Cuando Vilma fue atacada por un pez abisal, Julia Wilson fue la encargada de curarla y de investigar lo ocurrido (además descubrió que la joven estaba embarazada cuando le hizo una ecografía). Poco después decidió buscar respuestas a lo acontecido y buscó la caja con el número 23. En ella había un ordenador con un mensaje grabado de su novio. Era un protocolo sobre lo que debía hacer si la peor de las posibilidades se produjera, es decir, si toda la superficie terrestre por encima del nivel del mar hubiese desaparecido debido a la acción de un agujero negro. Con la ayuda de los satélites consiguió obtener una imagen de una de las caras del planeta donde pudo constatar que Europa, África y Asia estaban completamente sumergidas bajo el mar. Dicho descubrimiento se lo comunicó al capitán, quien decidió romper esa imagen para no provocar el pánico entre los alumnos y le pidió a Julia que mantuviese en secreto lo que había ocurrido.

Pero al final Julia, consciente de que no existía tierra firme y a petición del capitán, no tuvo más remedio que contarles la verdad a los alumnos y a Gamboa ya que éstos se habían amotinado en el comedor como consecuencia la pasividad del capitán para poner rumbo al puerto más cercano y conseguir que Vilma y su bebé recibiesen atención médica. Algunos no se creyeron las palabras de la científica, entre ellos Ramiro y Gamboa.

Tras esto decidieron abrir todas las cajas que subieron a bordo antes de iniciar el viaje. En una de ellas encontraron un dispositivo electrónico que tenía un cronómetro con la cuenta atrás iniciada. Al principio todos creyeron que se trataba de una bomba. Julia insistió en que la dejaran inspeccionar el dispositivo antes de que le tirasen por la borda. El capitán accedió a su petición, pero cuando Julia cortó uno de los cables la cuenta atrás se aceleró. Todos temieron por sus vidas pero cuando la cuenta atrás llegó a cero no pasó nada. Y es que en realidad era un transpondedor que emite señales continuas para que alguien que les esté buscando pueda localizarles fácilmente.

Dos personas han sido las que han intentado acercarse a Julia para conquistar su corazón. El primero ha sido el capitán, empujado por los consejos de Julián aunque no tuvo demasiada suerte tal vez por su indecisión y por no expresar de forma clara sus verdaderos sentimientos. Una de las noches, Ricardo y Julián invitaron a Julia y Salomé a tomar algo al club. Cuando Julián y Salomé se marcharon, Julia se quedó dormida y el capitán se la llevó a su camarote, dado que el camarote donde iba a dormir Julia estaba ocupado por la otra pareja. En ese momento Valeria se despertó y le dijo a su padre que le gustaría que Julia durmiese con ellos todas las noches, y Ricardo le confesó que a él también le encantaría. La inocente Valeria, en una de las clases de matemáticas, le preguntó a la científica si tenía novio. Julia le dijo que no, pero la pequeña insistió en el tema. Al preguntarle si le gustaba alguien del barco, la científica respondió afirmativamente y la pequeña le confesó que a su padre también le gustaba alguien del barco. Pero Julia con su respuesta estaba pensando en Ulises y no en el capitán como creyeron éste y sus hijas. Fue durante la celebración de una cena, en la que Julia invitó a Ulises, cuando el capitán se dio cuenta de por quién se había decantado la científica. A pesar de todo siguió intentándolo, sin éxito.

Con Ulises todo fue bastante rápido, intenso y mejor. En esta relación influyó mucho el hecho de trabajar juntos a la hora de solucionar los problemas que se les venían encima. Julia no tardó en acercarse y conocer más a fondo a Ulises cuando estuvo haciéndole un test con preguntas bastante personales. Pronto surgió la invitación para que Ulises se fuera a vivir con ella a su camarote y las escenas de pasión en el laboratorio. Pero los sentimientos de Julia por Ulises no fueron del todo correspondidos ya que este último se sentía atraído por Ainhoa, la hija del capitán.

Tras la celebración del juicio por el asesinato de Gamboa (en realidad éste se encontraba desaparecido en mitad del océano) fue cuando Ulises le dijo a Ainhoa que se había autoinculpado porque la quería, dejando claro por quién se decantaba. Julia evitó que desterraran a Ulises del Estrella Polar, consiguiendo que la condena se quedase en una cadena perpetua por lo que Ulises fue encerrado en las bodegas del barco.

A pesar de que Ainhoa le aseguró a Julia (mientras fabricaban combustible para el barco) que no iba a interponerse en la relación entre ella y Ulises al final resultaron ser palabras un tanto engañosas. Cuando Ulises subió a cubierta para tomar el aire después de estar encerrado aprovechó para preguntarle a Ainhoa si de verdad le quería, pero la hija mayor del capitán no parecía dispuesta a responderle ni dar rienda suelta a sus sentimientos mientras siguiera con Julia.

Ulises intentó hablar con Julia pero la científica, intuyendo los planes de Ulises, evitó verle. Y no era para menos ya que Julia tenía conocimiento de las peleas que había habido entre Gamboa y Ulises por el amor de Ainhoa y además constató la reacción de efusividad y alegría que mostró Ainhoa una vez que Ulises fue reanimado y estaba a salvo de la niebla tóxica. Como no consiguió su objetivo, Ulises se provocó una intoxicación por zinc para que le llevasen a la enfermería y poder hablar con Julia. Una vez allí, a pesar de que Julia le salvó la vida por dos veces, Ulises le confesó a la científica que estaba realmente enamorado de Ainhoa.

Después de varios días, Gamboa volvió a aparecer en la misma balsa con la que pretendía huir del barco. Tras ser reanimado por Julia, Gamboa es conducido a la enfermería para recuperarse de la amnesia sufrida. El hecho de haber sobrevivido tantos días y su buen estado de salud llaman la atención a Julia. Cuando despierta, Gamboa le hace ver a Julia que no debe indagar en el asunto por la seguridad de sus propios secretos. Así Julia niega lo evidente cuando es preguntada y evita que alguien se acerque a hablar con Gamboa.

Aunque en el fondo quiere contarle al capitán todos sus secretos no puede hacerlo por las amenazas de Gamboa, su “facilitador” dentro del proyecto del acelerador. Entre esos secretos estaría una de las antiguas cartas de navegación (pertenecientes al primer capitán del barco) en la que estaba señalada la posición de siete simas, en una de las cuáles se encontraba el barco durante el cataclismo. Julia las escondió sin más en su camarote y le pidió a Burbuja (que las descubrió con la ayuda de Piti y Palomares en el camarote 31) que no le contara nada al capitán.

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