lunes, 8 de agosto de 2011

Rol,parte L (Por Shay)

En ese mismo instante Ricardo se quedó sumergido en sus propios pensamientos. Se creaba él su propia historia... En su cabeza solo veía la imagen de ella, ya guapa como siempre, tan perceptible como lo es, tan increíblemente perfecta... Sus ojos, su piel, sus labios... Ricardo no perdía ningún detalle de su figura. Las palabras de la doctora resonaban en su cabeza: "Solo te pido que confíes en mí." Y él quiso confiar en ella. Estaba aturdido, inmerso en su mundo. De repente pensó en su sonrisa... y unas palabras la borraron de su mente: "Hay cosas que no te puedo decir…". ¿Qué no le podía decir? Ahora estaba totalmente confuso.
Julia acariciaba suavemente el brazo de Ricardo para sacarle de su mundo:
-¿Lo harás?-preguntó con voz dulce.
Ricardo miró sus ojos: señal de que volvió a la realidad. Ignoró la pregunta recientemente hecha y habló él:
-¿ Por qué hay cosas que no me puedes decir ? ¿ Qué cosas ? ¿ Qué pasa ?
-Ya te lo dije. Quieres saber demasiado, y no es bueno...-Julia solo pensaba en él, en su bienestar y en la de sus hijas.
-¿Pero por qué no me lo puedes contar? Confía tú en mí, Julia...
-No te lo puedo contar... ni quiero, Ricardo. Es lo mejor.
-¿Lo mejor, para quién? ¿Para tí?-Ricardo había sido un egoísta en esa pregunta.
-¡No!-Julia derramó una lágrima
-Julia...-Ricardo quiso secarle la cara pero ella se apartó.
-No es lo mejor para mí... es lo mejor para tí... para mi ya no hay nada mejor... que... que tú, Ricardo-le miró profundamente a los ojos.
-Julia...-él no era capaz de articular palabra.
-Solo te pido eso. Solo quiero que confies en mi-la doctora tragó saliva-Nunca podría estar en el proyecto Alejandría sabiendo que perjudicaría a una de las personas que ha llegado a ser muy importante en mi vida...-desvió la vista hacia el mar y otra lágrima resbaló por su suave mejilla-Aunque esa persona ni se entere...-susurró.
A Ricardo le llegaron al corazón esas palabras.
-Julia... ¿Sabes qué?-se acercó a ella agarrando su mano y perdiendo sus ojos en los suyos.
-¿Qué?-susurró tristemente ella.
-Nunca he dejado de confiar en ti. Nunca...
En momentos como ese sintió el ardiente deseo de besarle en los labios, sentir su fresca boca. Pero no podía. Era algo "imposible".
-Ricardo-Julia se incorporó y apretó aún más la mano de el capitán-Si nunca has dejado de confiar en mí... no empieces ha hacerlo ahora.
La doctora soltó la mano de Ricardo y comenzó a caminar para volver a su cacmarote. El capitán siguió con las ganas de besarla, se dio media vuelta viendo el azul y cristalino mar.
La doctora dio un freno casi imperceptible de miedo.
-¡Ricardo!-gritó sin volver a mirar a éste.
Al oir su grito, el capitán dio media vuelta y observó lo que jamás quiso observar: Andrea estaba amenazando a Julia con una pistola frente a ella.
-¡Que bonito es el amor entre dos personas que se quieren!-rió maliciosamente Andrea-¡Ah,no! Que he dicho dos personas...y ahora solo va ha quedar ¡¡una!!-se acercaba firmemente hasta la altura de Julia.
-¡Andrea que demonios haces!-quiso disimular el capitán, haciendo creerla que no sabía de que condición era-Julia no ha hecho nada para que la amenaces de esa forma...-se acercó a la doctora.
-¿Sabe algo, Doctora? Antes me ha tocado usted demasiado las narices. ¿No le ha contado a su capitán lo que es, eh?
-¿Qué tiene que contarme?-quiso saber Ricardo.
-¡Ricardo, abre los ojos! Tu doctorcita es la peor persona que pueda existir en este mundo.-gritó ella.
-Baja la voz, Andrea. O de lo contrario toda la tripulación se alarmará-advirtió Julia-Y no es eso lo que quieres, ¿verdad? ¿Qué me vas ha hacer? ¿Vas a meter un cadaver más bajo tu conciencia? ¡Vamos! Hazlo ya.-dijo valientemente enfrentandose a Andrea.
-Sabía que lo estropearias todo. No consigo comprender como te dejaron entrar.-a Andrea le parecia dar igual que el capitán estuviese delante mientras afirmaba esas palabras.-Pero no te voy a matar...¡por ahora! Serás la causa por la cual, aquí el señor capitán estará quietecito y calladito sin levantar sospechas y sin hacer nada que no debe...-Agarró fuertemente el brazo de la doctora.-Vete de aquí, Ricardo, o la saco las tripas.
-¿Qué quieres? ¿Qué le vas ha hacer a Julia?
-Ricardo, haz lo que te pide...-Julia no tenía esperanzas sobre nada...
-Solo te diré que aqui la doctora estará encerrada donde nadie pueda verla. Largate, si no quieres que adelante su muerte.
-Matame-le pidió Julia.
-¡¡No, Julia!!-el capitán, histérico, se negó.
-¡Ricardo! Si me mata, vosotros la podreis desenmascarar... Yo ya no pinto nada aquí...
-¿Me quieres dejar solo?...Digo... que VAleria, Julia, estaria muy triste...
-Lo entenderá. Entenderá que lo hice por tí.-se dirigió hacia Andrea intentando soltarse del brazo-Matame ya.
Andrea no quería matarla, porque a parte de ella, Valeria y Ainhoa eran las únicas personas que callarían al capitán, al menos las más queridas. Sabiendo que Ricardo haría lo que fuese por sus tripulantes.
En un intento de arrebato de la pistola por parte de Julia, y Andrea impidiendolo, se disparó... hiriendo a la persona menos esperada... Julia empezó a llorar desconsoladamente. Era cuestión de tiempo que todos los navegantes allí en el barco bajaran para comprobar lo sucedido. Andrea se desmayó. Julia seguía llorando... No lo quería creer. Se acercó a él.
-¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!-gritaba angustiada-Tu no, ¡¡Ricardo!! Porfavor...
Ahí en el suelo se podía ver perfectamente el cuerpo del capitán herido de bala.

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