martes, 23 de agosto de 2011

Rol, parte LX (por Silvia)

Era de noche, el mar estaba en calma, las estrellas brillaban intensamente anticipándose a la maravillosa noche que venia por delante, la luna radiante y llena se reflejaba en el agua salada por la que surcaban, agua solo agua cuanto ansiaba poner pie en tierra firme, tumbarse sobre la hierba o sobre la cálida arena de mar y contar estrellas fugaces pero ahora tenía que conformarse con la cubierta.

-¿Te gusta el paisaje amor? – preguntó dulcemente.
-¿Qué paisaje? Todo el océano es igual...
-Ya, bueno, me refería al cielo, hoy está casi tan precioso como tú – sonriéndola.
-Ya será menos...
-Si, la luna brilla en todo lo alto acaparando todas las miradas por su belleza pero tú...tus ojos no me dicen eso, ¿has estado llorando, verdad Julia?
-No... bueno un poco, nada lo típico echaba de menos la tierra firme, a mi familia, a los míos...
-¡Me tienes a mi! – cogiéndole la mano.
-Ulises...los dos sabemos que esto no va bien.
-¿Por qué dices eso?
-Han pasado muchas cosas y...
-Yo no he dudado de ti en ningún momento, es más, confío plenamente en tu sinceridad.
-A lo mejor es eso, que deberías dudar un poco de mi.
-¿Tienes algo que contarme que no sepa?
-Por supuesto que si, peor no puedo hacerlo.
-No voy a juzgar tu pasado, sea lo que sea.
-Ulises...eres tan tan ¡tan crío! No te das cuenta de nada, apenas tienes veinte años y creerás aun en cuentos y príncipes azules pero no es así, en este cuento no hay brujas no, lo que no hay es tierra y no ha desaparecido de repente por que si, creo que supondrás, imaginarás que alguien, y no precisamente un ser imaginario como pueda ser Dios, tiene que estar detrás.
-¿Me estás queriendo decir que ese ser eres tú?
-No, pero... digamos que todo esto no me pilla tan de sopetón como a los demás de la tripulación.
-Los del proyecto ese en el que trabajabas te engañaron, tú...
-no, yo siempre estuve al corriente del acelerador de partículas, solo que no sabía la dimensión que iba a alcanzar dicho proyecto. Se suponía que era un simulacro y por si pasaba algo yo debía situar a el barco encima de la sima de Santa Teresa pero ahora...ya no se que creer, hay mas gente viva y puede que...
-¡Andrea y los demás tuvieron suerte!
-No Ulises, no están aquí por casualidad, de eso estoy segura.
-¿Les conoces? – sorprendiéndose por lo que estaba descubriendo esa noche.
-Ulises ya he hablado demasiado, simplemente quiero aclararte que no podemos estar juntos, me gustas, si pero...
-Solo soy un trozo de carne, estoy bueno y punto, tu buscas algo mas serio tipo el capitán ¿no?
-¡No! Yo no he dicho eso... no sé, todo ha sido muy rápido, me deje llevar pero ya no soy una cría para andar en romances de tres al cuarta además cada vez que pienso en Phillipe...nos íbamos a casar, formar una familia y ahora... no se si está vivo o muerto.
-Por eso mismo tienes que retomar tu vida y si solo somos 42 personas sobre la faz de la Tierra y una de ellas te gusta aunque tenga vente años ¡tienes que ir a por ello Julia! – insistiéndole.
-El caso es que a lo mejor no me gusta tanto como pensé ni estoy segura de que yo le guste, no tengo tu edad, dentro de unos años, si seguimos vivos yo seré una vieja y tu estarás en la flor de la vida...Ulises, esto no va a ningún lado, mas que una relación de pareja parecemos amigos de toda la vida.
-Es eso ¿el sexo? Yo si quieres puedo ser más lanzado no se más...
-No es ningún problema relacionado con la cama, para nada, es todo y nada, entiendo que no lo entiendas pero ya está no tienes nada más que decir, no quiero continuar con esto, si quieres que seamos amigos me parece bien, aunque entiendo que ahora no quieras...

Dicho esto Julia depositó un leve beso en la frente de Ulises y se levantó de la cubierta para dirigirse a su camarote, tenía que comprobar si él seguía vivo y con consecuente todos los del proyecto y les estaban engañando como a idiotas

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