martes, 21 de junio de 2011

Rol, parte XXIV (por Leti)

Julia subió con paso rápido a cubierta, llegaba un poco tarde porque al subir las escaleras se le había roto el tacón de su zapato derecho y había tenido que volver a cambiárselos. Al llegar a cubierta, vio a Ricardo de espaldas a ella, mirando el mar y vestido con una camisa azul mar y unos pantalones. “Va muy guapo” se sorprendió Julia al pensarlo.  Julia tocó el hombro del capitán para sacarlo de sus pensamientos y sin intentar sobresaltarlo. Él se volvió, le sonrió y le indicó que se sentara.
La cena fue perfecta no hablaron poco ni demasiado. Julia pensó que mas que una cena de amigos parecía una cena romántica, porque Salomé había puesto dos velitas en la mesa y junto con el sonido del mar y la Luna, era todo precioso. Al terminar la cena, Ricardo se fue un momento a la cocina para decir que quitaran las cosas, mientras Julia se quedó arriba mirando al horizonte.
-          Julia, ¿estás bien?- preguntó Ricardo con voz suave mientras se ponía a su lado, en la barandilla.
-          Sí, si – contestó rápidamente- esta noche me lo he pasado muy bien Ricardo, hacía mucho que no me sentía asi.
-          Yo tampoco- y, pensándoselo mejor siguió- le tengo que dar las gracias por acceder a cenar conmigo hoy. Se que no lo lleva muy bien con Ulises y…
-          Jajajaja, Ulises sabe que eres el capitán y que esta cena es “solo amigos”- rio Julia- Y no me tienes que dar las gracias por nada, que los amigos también salen juntos y el novio… el novio o se acostumbra o que se busque a otra.
-          Mmm, la verdad es que sí – Ricardo se sintió aliviado al escuchar eso, le hacía creer que quizás tendría alguna remota posibilidad con ella. Remota, pero existente.
Estaban los dos en silencio, escuchando el sonido del mar. Al principio de la noche la mar mas o menos en calma, pero dos o tres horas después, había empezado una pequeña tormenta. En ese momento, empezaron a caer las primeras gotas de lluvia.
-          Bueno, será mejor que volvamos dentro, o acabaremos mojados – dijo Julia a la vez que se partía de risa por la situación.
Ricardo también sonrió divertido al ver como Julia intentaba andar con esos taconazos y el suelo de cubierta ya mojado. Bueno, los dos ya estaban mojados.
-          Déjame que te ayude, anda – justo cuando dijo eso, Julia se resbaló y por poco cae al suelo, de no ser por Ricardo que la sujetó a tiempo. Al hacer eso, se quedaron los dos lo suficiente cerca como para besarse. Se miraron unos momentos que para Ricardo parecieron eternos y, sin pensarlo, se acercó a sus labios para besarla. Cuando apenas faltaban unos milímetros, apareció Ulises.
-          ¿Estais bien?- preguntó nada más llegar, pero al verlos abrazados y a punto de besarse, dudo en qué decir.
Nada más escuchar la voz de Ulises, Ricardo y Julia se separaron rápidamente, aunque se quedaron agarrados de la mano, porque sino Julia perdería el equilibrio y caería y, esta vez, de verdad.
-          Mm, vamos dentro- dijo Ricardo para salvar la situación.
Ulises se le adelantó, y cogió a Julia del brazo y de la cintura para ayudarla a entrar. Cosa que hizo que Ricardo tuviera que soltarla. Al verlos entrar Ricardo se quedó solo en cubierta. Esta mojado completamente, pero eso le daba igual. Se apotó contra la barandilla y miró al mar. Resopló pensando en Julia y, al hacerlo, vio algo en el mar, a unas millas de su posición. Parecía un punto de luz. Rápidamente fue al puente de mandos y comprobó el radar. Era una pequeña embarcación, un bote, que quizás llevase algún superviviente de algún naufragio. No se lo pensó dos veces, llamó a Julián y dio la alarma para la tripulación. Llegarían a ese bote y rescatarían a la gente que llevase. Estaba seguro.

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