viernes, 24 de junio de 2011

Rol, parte XXV (por Nago)

Tras hacer esto, ambos se pusieron los trajes de seguridad, pues no sabían las sorpresas que les aguardaban en aquella embarcación, y cogiendo la zodiac llegaron hasta ella.
Cuando se acercaron comprobaron con sorpresa que en ella viajaban una mujer y un chico joven a los que reconocieron enseguida, se trataba de Andrea y Pablo, capitana y marinero de un barco amigo con el que habían coincido en muchos puertos en sus largos años de travesías.
Se encontraban algo aturdidos pero Ricardo y Julián les proporcionaron agua de inmediato consiguiendo reanimarlos y poder llevarlos a la zodiac para volver al Estrella.
Una vez allí ambos náufragos fueron más conscientes de la situación y debido a la emoción del momento Andrea se echó en los brazos de Ricardo, abrazándole con una fuerza increíble y transmitiéndole con ello todo su agradecimiento, pero en el momento en que esto ocurría, Julia que se encontraba en el puente de mando con Ulises, se quedó mirando la escena a través del ojo de buey.
Después de esto y debido a que seguía lloviendo aunque con menos intensidad, todos se apresuraron a entrar. Ricardo se encargó de llevarles a unos camarotes y proporcionarles ropa seca, y algo para comer y beber.
Mientras tanto en el puente de mando, Ulises que se sentía rabioso porque todavía no podía creerse la escena que había presenciado en cubierta y porque además se había dado cuenta que Julia se había quedado mirando cómo Andrea se había abrazado a Ricardo, intentó hablar con ella, pero en ese momento llegó Julián para avisar a la doctora de que debía ir a la enfermería para evaluar el estado de los náufragos.
Tras los últimos acontecimientos, la tranquilidad volvió al Estrella y todos se fueron a descansar.
A la mañana siguiente cuando Julia y Ulises iban a desayunar contemplaron una escena que bien podía ser la de una familia feliz, en una de las mesas se encontraban Ricardo y sus dos hijas que se reían a carcajadas con la compañía de Andrea y Pablo, en ese momento ambos se encontraron a sí mismos mirándose después de comprobar lo bien que se les veía a Ainhoa y a Ricardo en compañía de Pablo y Andrea, tras esto no supieron qué decirse y siguieron con el desayuno pensativos y en silencio.

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